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Editorial
Lunes 28 de julio de 2014
Enfoques Internacionales: ¿Escala la crisis de Ucrania?
El derribamiento de un avión de pasajeros de Malaysia Airlines ha puesto tanto a Putin como a EE.UU. y Europa en una situación de elevados peligros para la seguridad mundial...
En todo caso, el incidente desprestigia al Mandatario ruso y transparenta su apoyo a los rebeldes ucranianos. Más grave es el peligro de escalamiento por las sanciones adicionales a Rusia, sus posibles retaliaciones energéticas a Europa y el agravamiento de la situación por un eventual armamentismo e intervención estadounidense en Ucrania.
No será fácil incrementar sustancialmente dichas sanciones. Es un arma de doble filo: puede llevar a Putin a tomar decisiones desesperadas y hay resistencia en la Unión Europea por intereses energéticos, financieros y comerciales. Por ahora se han propuesto embargos que no se consideran extremos, que impedirían a Rusia importar desde Europa y Estados Unidos material de doble uso civil y militar, y tecnologías avanzadas para planes energéticos. Más gravosa se estima la propuesta de prohibir a los bancos estatales rusos financiarse en los mercados de capitales de la Unión Europea y Norteamérica.
El Presidente Obama está sujeto a formidables presiones para dar ayuda militar a Ucrania. Opiniones más realistas anticipan que entregar armas y asistencia militar al gobierno ucraniano lo hace inmanejable y puede derivar en una invasión rusa para evitar el aniquilamiento de los rebeldes. Algunos recuerdan los casos de Kruschev y Yeltsin, que fueron forzados al retiro, acusados de debilidad ante Occidente, y reemplazados por líderes más intransigentes, como Brezhnev y el mismo Putin.
Entrar en conflicto abierto con Putin significa una grave inestabilidad para la seguridad mundial, expone a EE.UU. a perder un aliado táctico para moderar a Irán, y forzaría a Rusia a estrechar alianzas con una China ahora poderosa y desafiante en el Asia Pacífico. Asimismo, en la emergencia islámica en Irak, Siria y otras latitudes, los intereses de Washington y Rusia son muy similares.
En el interés de bajar el perfil al derribamiento del avión malasio se mencionan otras tragedias aeronáuticas del pasado, a resultas de estados de guerra. En 1983, un caza soviético derribó un avión de pasajeros de Korean Airlines, con 269 víctimas, incluyendo a un congresista estadounidense. Entonces el Presidente Reagan reaccionó con una fuerte condena y revocación de los permisos de vuelo a EE.UU. a la línea Aeroflot. En 1988, un misil lanzado en el Golfo Pérsico por un crucero estadounidense contra un avión de pasajeros iraní con destino a Dubái causó cerca de 300 víctimas. Estados Unidos alegó haberlo confundido con un avión caza iraní, nunca se disculpó y en 1996 indemnizó a las víctimas con 80 millones de dólares.
Giro de los BRICS y giras de Putin y Xi Jinping
La VI Cumbre de los BRICS, en Brasil, constituye un giro desde la retórica hacia proyectos concretos que cambian la arquitectura financiera mundial. Hasta ahora, la heterogénea alianza entre Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica solo parecía coincidir en líricas declaraciones destinadas a equilibrar el poder de EE.UU. y sus aliados europeos y asiáticos. Esta vez los presidentes de los BRICS anunciaron la creación de un sistema alternativo de financiamiento al proporcionado por el Banco Mundial y el FMI. Se trata del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) y del Acuerdo de Reservas Contingentes (ARC), que contarían con US$ 100 mil millones cada uno.
Tras dicha Cumbre, el Presidente Xi realizó una visita de Estado a Brasil y se reunió con representantes de las 33 naciones integrantes de Celac. Hizo allí promesas de financiamiento y asistencias para la cooperación regional por un total de US$ 35 mil millones y dio un trato preferente a Brasil: firmó 32 acuerdos para la compra de 40 aviones comerciales, la construcción de hidroeléctricas y vías ferroviarias, líneas de alta tensión y una fábrica de baterías recargables para autos y buses eléctricos.
En el caso argentino lo más relevante fue la concesión de un crédito swap para reforzar las alicaídas reservas internacionales trasandinas y un principio de acuerdo para construir un reactor de agua pesada. En Venezuela aumentó en US$ 10 mil millones los créditos pagaderos en petróleo, con promesas de invertir en la exploración de hidrocarburos. La última escala del dirigente chino fue Cuba, donde hizo el gesto de reunirse con Fidel Castro, junto con firmar financiamientos por montos no revelados para biotecnología, agricultura, infraestructura, energías renovables e instalaciones portuarias.
En paralelo, el Presidente Putin visitó cuatro países de América Latina. Esa gira y su participación en la Cumbre intentaron desmentir su aislamiento y minusvalorar las sanciones por la anexión de Crimea y su apoyo a la rebelión en Ucrania oriental.
En Brasil ofreció un sistema de misiles antiaéreos por US$ 1.000 millones; en Argentina convino la exportación de tecnología para la construcción de una nueva central nuclear, y en Nicaragua -visita inicialmente no prevista- ofreció una posible participación en el proyecto para construir un nuevo canal interoceánico, cuya viabilidad muchos discuten.
El hito más publicitado de la gira de Putin fue Cuba, donde condonó el 90% de una vieja e incobrable deuda por US$ 35.000 millones. El 10% restante será invertido en diversas obras de infraestructura y en la explotación de hidrocarburos cubanos.
La gira regional de Putin y Xi les ha permitido llenar el vacío que ha dejado EE.UU. por su falta de interés y de programas de asistencia en la zona.