Señor Director:
El día de ayer, en "El Mercurio", el ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, dio nuevas luces sobre la reforma educacional, las que a su vez proyectan nuevas sombras sobre la agenda política de la Nueva Mayoría.
En dicha entrevista se señala que la gratuidad en educación superior cubrirá únicamente los primeros cuatro años de estudios, equivalentes a un college (sistema que actualmente solo existe en la Universidad Católica), justificando esta restricción en el PIB per cápita del país. ¿Será en realidad que las modificaciones en la reforma tributaria obligaron a apretar el cinturón del Mineduc? O, más aún, ¿qué pasó con la lealtad irrestricta al programa presidencial, el cual hablaba de gratuidad universal?
Por otro lado, preocupado por la captura de grupos particulares a universidades del Estado, el ministro propone la creación de boards o gobiernos corporativos. Curioso es que no se le haya ocurrido la democracia como mecanismo eficiente para evitar esta captura, sobre todo teniendo en cuenta el reciente anuncio de derogar las disposiciones que prohíben la formación de gobiernos que incluyan a estudiantes y funcionarios. ¿Estaremos asistiendo a una regresión en el Ministerio a los tiempos en que se le decía a cada actor lo que quería escuchar, aun a costa de ser abiertamente contradictorio?
Estas interrogantes resultan además altamente inoportunas, considerando que estamos a un día de iniciar el plan de participación del Gobierno, espacio que ya se ve mermado por la decisión del Consejo de Rectores de no participar en él y sobre el cual los estudiantes agrupados en la Confech aún tenemos pendiente la decisión al cumplimiento de garantías mínimas para un diálogo de buena fe. ¿Querrá realmente el Gobierno dialogar o creerá que, al igual que la reforma tributaria, un acuerdo privado es mejor que uno democrático?
Sebastián AylwinVicepresidente FECh