Señor Director:

Es un error haber interpelado a la ministra de Vivienda y Urbanismo por cifras o plazos de un proceso que recién se inicia. Ello esquiva la discusión de fondo sobre cómo garantizar a las personas que su condición de vulnerabilidad o exclusión sea superada, para que no vuelvan a verse expuestas a nuevos desastres o forzadas a vivir en condiciones indignas.

Los desastres son acontecimientos recurrentes que afectan especialmente a los sectores más vulnerables de nuestra sociedad. Aunque sus efectos pueden ser mitigados, sabemos que el éxito de las reconstrucciones no radica en el apuro o el volumen de la respuesta, sino que en su integralidad, y ella solo ocurre cuando el Estado asume seriamente un rol central en el proceso.

Una política de gestión de emergencia implica atender en forma oportuna y secuencial todas las fases, desde respuesta inmediata y rehabilitación, hasta la reconstrucción y prevención. Por ejemplo, cómo se enfrente la rehabilitación de calles e infraestructuras, o dónde se ubiquen las viviendas de emergencia, afectará la calidad de la reconstrucción final.

El Estado chileno ha sabido utilizar bien sus capacidades. Pero es evidente que esto no basta. Aún tenemos limitaciones para implementar procesos de reconstrucción que permitan a las comunidades trascender a las condiciones de vida que tenían antes de la tragedia. Es por ello que el sentido de urgencia no nos debe desviar de la tarea central. Reconstruir en forma sustentable no depende de cumplir cifras de corto plazo. Para trascender al debate político se requiere de cuatro condiciones, que son las que nos deben guiar:

Participación ciudadana, que garantice soluciones socialmente legitimadas y que fortalezca la organización social, condición ineludible para generar comunidades preparadas para responder a futuras emergencias.

Institucionalidad descentralizada, que empodere a gobiernos regionales, municipios y líderes locales. Reconstruir sin transferir poder a lo local y regional es un grave error, que se pagará en la próxima emergencia.

Planificación urbana integrada, que no solo asegure que se reconstruya en lugares seguros, sino que coordine la construcción de viviendas, infraestructuras y equipamientos, de forma de reconstruir barrios y ciudades, y no solo casas o pavimentos.

Y financiamiento estable, que dé certidumbre a la planificación de la reconstrucción y al funcionamiento de los equipos regionales y locales a cargo. Este es el debate que los chilenos esperan en el Congreso.

Luis Eduardo Bresciani L.
Presidente
Marcelo Farah
Secretario Ejecutivo
Consejo Nacional de Desarrollo Urbano
Sebastian Gray
Presidente Colegio de Arquitectos de Chile
Leopoldo Prat
Decano
Facultad de Arquitectura y Urbanismo, U. de Chile
Mathias Klotz
Decano
Facultad de Arquitectura y Diseño, U. Diego Portales
Alfredo Rodríguez
Arquitecto
Miguel Lawner
Arquitecto