No hay duda de que Tryo Teatro Banda es una de las mejores compañías teatrales de Chile. Sus obras "Pedro de Valdivia, la gesta inconclusa" y "Cautiverio Felis (sic)" son una atrayente interpretación de nuestra historia; su forma imaginativa y musical ha sido elogiada por la crítica y el público. Se adentran en nuestras raíces y van, en sus primeras presentaciones, a lo sitios mismos donde se produjeron los hechos que relatan y hacen sentir, a quienes viven allí ahora, el orgullo por su pasado. Se los ha comparado con los antiguos juglares que viajaban de pueblo en pueblo difundiendo noticias de su tiempo y contando historias que los enorgullecían.
Tryo Teatro Banda tiene un alto sentido del oficio teatral, al que unen un dominio profesional de los instrumentos musicales. Para cada obra hacen una seria investigación histórica. En esta oportunidad, invitaron a un maestro clown y experto en juglaría, desde hace años radicado en España, Andrés del Bosque. Lo que antes era una juglaría un tanto espontánea ahora tendría fundamentos teóricos y técnicos guiados por un gran maestro. Para tratar el tema de la expulsión de los jesuitas de Chile, hecho ocurrido el año 1767, además de lo investigado por su primer actor y líder, Francisco Sánchez, recurrieron a una historiadora y dramaturga, Neda Brkic, y a un distinguido musicólogo experto en arte colonial, Víctor Rondón. Todo encomiable y bien pensado, pero no funciona como se podría esperar.
Un primer problema es que el hecho central de la expulsión de los jesuitas queda un tanto diluido entre juegos escénicos y música que llega a incluir el rock. La resolución del rey de expulsarlos de sus dominios se da en un clima más bien bufo, de liviandad, probablemente cierta, pero que, al menos, se pudo poner en un contexto más dramático. La forma en que la expulsión se comunica a los padres jesuitas aquí en Chile es la lectura del decreto por una extraña figura, como de diosa del Olimpo colocada en las alturas, pero cuyas palabras finales disuenan al dar órdenes como un simple encargado de hacer cumplir la orden. Todo parece un juego, lejano al tono de los antiguos juglares, quienes al narrar hechos dolorosos buscaban conmover al público.
La estructura básica de la obra es acertada: llegan los jesuitas a Chile, hay grandes expectativas entre españoles, criollos y damas de nuestra sociedad, cada uno hace sus peticiones. Ellos realizan una muy amplia labor que se centra en reprimir los abusos que se cometían con los indios y en dar una base cultural a nuestra sociedad al crear colegios, desarrollar industrias, introducir formas de arte como la música y el teatro. Se interesan realmente por el pueblo nativo y para comunicarse mejor con ellos estudian su lengua; llegan a establecer una gramática del mapudungún. Logran que el rey autorice dialogar con los jefes indígenas en el Parlamento de Quilín, en el que se asignó un límite a las tierras españolas y a las de los araucanos. Por otra parte, se presenta el asesinato de tres sacerdotes jesuitas mientras predicaban en La Araucanía, los mártires de Elicura. Después de presentar toda una amplia serie de acciones de "la compañía", su injustificada expulsión ha de resultar más dolorosa. Es una estructura natural y apropiada, pero encuentro que al desarrollo le falta dar con el tono apropiado que muestre que eso fue una injusticia, que los daños que se produjeron fueron enormes y que, independientemente de la posición religiosa que se pueda tener, la expulsión injustificada de sacerdotes que ayudaron al desarrollo cultural, moral y económico fue un retroceso para nuestra sociedad. El predominante tono gracioso impide entrar realmente al fondo doloroso de la expulsión.
Es cierto que al lograr los padres jesuitas un acuerdo político fundamental entre los conquistadores y los indígenas en el Parlamento de Quilín se produce un cambio importante en el tono. La música es un canon cantado a tres voces. Ese instante se relaciona con la parte de la misa en que se da la paz, los actores descienden del escenario, dan la mano y la paz a espectadores de toda la sala. Hay un clima diferente. Pero poco después, y como parte de la celebración por la paz, aparece Santa Clorofila, un descontrolado muñeco de nueva generación que inicia una nueva etapa de bailes y rock.
"La expulsión de los jesuitas" de Tryo Teatro Banda es atrayente como espectáculo. Tiene música en variados registros y un tono general de humor. Faltó encontrar un tono más apropiado para la situación dolorosa que toman como tema. Por buscar una forma más elaborada de juglaría se alejaron de la grata sencillez e imaginación de sus obras anteriores.
LA EXPULSIÓN DE LOS JESUITAS
Autor: Francisco Sánchez y Neda Brkic
Dirección: Andrés del Bosque
Compañía: Tryo Teatro Banda
Funciones: Del 15 de mayo al 28 de junio
Horario: Miércoles a sábado, 20:30 horas.