Dado que ya no será rentable trabajar y ahorrar y que el Estado tendrá 5 mil millones de dólares para invertir en educación, he decidido fundar una nueva escuela de derecho, sin fines de lucro por supuesto, salvo para el decano que les habla, que tendrá un modesto sueldo que tributará el 35%.
Mi escuela tendrá 2 ramos, pero largos y exigentes.
El primero es el curso de debate tipo "reality" con especial énfasis en el debido proceso. El propósito es contrastar el mundo ideal donde vive el Congreso con el mundo real donde el alumno ejercerá como abogado.
El caso ficticio consiste en litigar durante 5 años con el Servicio de Impuestos Internos (SII). El primer día de clases, el SII lo acusa de elusión y le gira una renta "atribuida" de 100 pesos que usted no ha devengado ni percibido. Quien percibió la renta es el decano, pero como trabaja poco se la atribuyen a usted, que se desloma. El tribunal está formado por ex funcionarios del SII, pero no se preocupe porque tiene derecho a recurrir a la Corte Suprema donde sus probabilidades de ganar son modestas. No encuentra ningún abogado que lo defienda, porque ninguno sabe lo que es una renta "atribuida" ni quieren que los acusen de ser cómplices de elusión.
Para que aprenda economía, que le va a servir en el curso siguiente, desde que le notifican la demanda, le cobran un interés de 1,5% mensual, que es delito de usura salvo para el SII. En el tercer año, cuando ahora debe miles de pesos, el SII le mete una querella criminal y usted sale en el diario de frente y perfil. El resto de su vida se lo pasará dando explicaciones, pero tranquilo, es muy formativo para el alumno. Durante todo el litigio usted, misteriosamente, es bloqueado en el sistema y no puede timbrar facturas, ser representante legal, participar en licitaciones del fisco, etcétera.
Transcurridos 5 años cuando está a punto de terminar su carrera y debe millones de pesos, sale el fallo. Si usted gana, es un genio y de premio se hará cargo de la defensa boliviana en La Haya. Si pierde, junto con pagar deberá aprender a rogar para que le condonen las multas. Además aprenderá una lección de vida: si el SII quiere abusar de usted atribuyéndole la renta de su socio o jefe, pague el impuesto calladito con un rictus de gratitud y alegría y cruce los dedos para que sus rentas del año siguiente se las atribuyan a otro.
El recientemente fallecido premio Nobel de Economía Gary Becker hacía clases en la Escuela de Derecho de Chicago. Sostenía que EE.UU. era gobernado por abogados de manera que había que enseñarles racionalidad económica.
Mi segundo curso entonces combina economía y lógica. Es un curso obligatorio para los aspirantes a políticos. Este consiste en dos módulos. El primero enseña que los recursos son escasos, las necesidades ilimitadas y que todo en economía tiene un costo. La majestad de la ley y el voluntarismo político no suprimen los costos en economía, solo se trasladan de las minorías gritonas a las mayorías silenciosas. Si aprueba podrá ser empresario; si reprueba puede ser dirigente estudiantil.
El segundo módulo es aprender un concepto etéreo, casi metafísico para algunos, que es la relación causa-efecto. Aquí se aprende a no generar incertidumbre, afectar expectativas y subir impuestos cuando el cobre cae, la economía se desacelera, la inversión disminuye y el desempleo e inflación suben, porque sus medidas agudizan el problema. Para los candidatos a ministro de Hacienda habrá ayudantía en las tardes con reforzamiento del concepto. El examen consistirá en una pregunta de verdadero o falso: ¿Suprimiendo el lucro en educación mejora la calidad de la misma? Si contesta verdadero repite y tiene que hacer de nuevo el ramo de debate. Si dice falso aprueba pero jamás podrá ser ministro de Educación.
El ingreso será por tómbola. Si sale sorteado entra gratis, si no... también. No se requerirá saber leer ni escribir, ni vocación, menos haberse sacado buenas notas o un puntaje razonable en alguna prueba. No se apure, hay cupos ilimitados.