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Cartas
Miércoles 14 de mayo de 2014
Día Nacional de la Ingeniería
Chile celebra hoy el Día Nacional de la Ingeniería en medio de un debate sobre los mecanismos para generar mayor equidad. El satisfactorio crecimiento del país en los pasados treinta años ha dejado en evidencia que existen sectores de la población que aún no han tenido acceso a buena parte de los beneficios del progreso. Para que esto pueda cambiar, existe suficiente evidencia científica de que el primer requisito es mejorar la calidad de la educación de los niños a partir de los dos años de vida, para formar en ellos las capacidades para aprender. Aquí es fundamental el rol de las familias, donde se forman el carácter y se debe aprender a confiar, a valorizar el esfuerzo y la importancia del trabajo bien hecho. Por esto todo lo que se haga por fortalecer la institución de la familia chilena contribuye a la equidad social. Luego viene el aporte de la educación en todos los niveles, la que debe ser impartida por excelentes profesores, que orienten y estimulen espíritus positivos, solidarios, esforzados y creativos.
También son instrumentos poderosos para alcanzar una mayor equidad el acceso a buena y oportuna medicina, la calidad de las viviendas y las posibilidades de llevar una vida familiar, cultural y social satisfactoria. Todo esto requiere de recursos económicos ingentes, para lo cual el Gobierno ha planteado al país una reforma tributaria. Es fundamental que esta no afecte la capacidad de ahorro e inversión de las empresas, el Estado y las familias, necesarios para sostener un crecimiento estable y competitivo del país, que genere cada día más puestos de trabajo, pues sin trabajos dignos para todos los que deseen trabajar, tampoco es posible la equidad social.
Adicionalmente, subsiste en nuestras ciudades un factor de inequidad que es preciso destacar. Nos referimos a las precarias condiciones de la infraestructura urbana en que habita gran parte de la población. Estamos habituados a mirar las obras públicas casi exclusivamente como necesarias para mejorar la productividad y el desarrollo económico, lo que es correcto, pero incompleto. La infraestructura también tiene una función social directa, que tendemos a olvidar. Permitimos el crecimiento de nuevos barrios y poblados a lo largo del país, que surgen sin mayor estudio, mediante la adición de viviendas y más viviendas, a veces de pobre calidad y sin proveer las obras de infraestructura complementarias que se requieren, para que estas sean verdaderos hogares y no solo centros de hacinamiento de personas.
Es imperativo mejorar las condiciones operativas de los servicios en las comunas periféricas, permitiendo un mejor acceso de la población a prestaciones que inciden directamente en su calidad de vida. A esta altura del desarrollo del país, ninguna vivienda debe enfrentar una calle sin pavimentar y sin veredas bien iluminadas, y en ellas se debiera caminar con seguridad.
También se deben construir parques, centros culturales y deportivos y fomentar lugares de comercio donde las personas puedan adquirir su alimentación y medicamentos sin tener que pagar sobreprecios. Simultáneamente se debe avanzar en la construcción de nuevas avenidas hacia los barrios alejados y así mejorar la conectividad entre hogares y centros de trabajo. Ningún plan de transporte podrá verdaderamente acortar los humillantes tiempos de viaje actuales, sin nuevas autopistas urbanas.
Una acertada Política de Infraestructura debe ser eminentemente descentralizada, elaborada en cada región. Para materializarla se requiere una planificación con visión estratégica, con un horizonte de ejecución que se mide en lustros y décadas. La improvisación en materias de infraestructura afecta de manera negativa y en un muy corto plazo a las familias. Constituye una dilapidación de recursos y una condena para quienes más requieren de los bienes públicos. Debe establecerse, por tanto, una Política de Infraestructura que trascienda los límites de los gobiernos de turno. Pretender enmarcar los proyectos de infraestructura en los limitados plazos de un período presidencial, es solo voluntarismo inútil e inconducente. Así, surgen solo soluciones de parche, obras inconclusas y mayores frustraciones sociales.
Los ingenieros planteamos todo esto en nuestro Día Nacional, porque anhelamos fervientemente mejores condiciones de vida para todas las familias del país.
Fernando Agüero G.
Presidente Colegio de Ingenieros de Chile