En uno de los mejores momentos de Te creís la más linda..., el joven Javier conocía en un bar de Bellavista a un cuarentón que ahogaba en piscolas la pena por el abandono de su mujer, que lo había dejado para viajar con una beca a España. La secuencia terminaba cuando el hombre le pagaba a Javier para propinarle un gran puñete.
Soy mucho mejor que vos... comienza minutos después de ese momento, cuando el hombre, Cristóbal Frolich, apodado "El Naza" (Sebastián Brahm) regresa al bar buscando el sombrero que ha perdido. No lo encuentra, pero conoce a dos mujeres que se quejan de la inseguridad de los hombres actuales y discuten sobre su propia sexualidad. A partir de ese momento, la cámara se concentra enteramente en "El Naza", tal como lo hacía en la anterior con Javier. Las dos polemistas son solo un incidente más en esta madrugada donde "El Naza" se propone levantar a alguna mujer, cualquier mujer, en una confusa mezcla de venganza contra su esposa y afirmación de identidad masculina.
"El Naza" carece de toda crítica sobre sí mismo. Es un pequeño empresario con un gran proyecto, tiene dos hijos que no emigraron con su madre y está seguro de ser un conquistador. Pero en pocos minutos sabemos que todo lo que dice está arreglado según el principio de la autoindulgencia. "El Naza" es sexista, racista y clasista, aunque por encima de todo eso adolece de una incurable pulsión egótica, una obsesión consigo mismo que parece la prolongación de una adolescencia incompleta. No es un perdedor, sino un sujeto que ha ganado siempre -clase, colegio, familia, amigos- y que, puesto ante una derrota autoinferida, intenta seguir ganando. "El Naza" podría ser la proyección del Javier de Te creís la más linda... unos 20 años después.
Pero Javier era un jovenzuelo simpático, agudo y melodramático, y esos rasgos le daban a esa película un tono paradójicamente entrañable. "El Naza", en cambio, es el destino que nadie desearía para Javier. Sus mentiras ya no son graciosas, entre otras cosas porque no constituyen una defensa en contra de un mundo agresivo, sino porque son las estrategias de un depredador. Sus derrotas ya no son tan penosas, sino más bien merecidas. Y su deriva por Bellavista ya no tiene la obsesión del conocimiento personal, sino que es un trayecto hacia la revelación de unas miserias también personales.
Se sabía desde 2010 que el segundo largo de Che Sandoval tendría relación con el primero. Sin embargo, en lugar de construir una segunda parte, el cineasta eligió el camino del spin-off, la extensión de una historia lateral que, conservando el mismo estilo visual e idéntico desparpajo verbal, abre inesperadamente el juego y sugiere el descubrimiento de un universo social y moral en el espacio reducido de un barrio urbano. Es una idea más que interesante.
Soy mucho mejor que vos... Dirección: Che Sandoval. Con: Sebastián Brahm, Nicolás Alaluf, Antonella Costa, Paula Bravo, Bárbara Rebolledo, Che Sandoval. 83 minutos.