La nueva película de Sebastián Silva instala en Chile a dos norteamericanos: Jamie (Michael Cera) y a la joven que bautizan como Crystal Fairy (Gaby Hoffman), un hada de cristal.
Jamie es egoísta, poco solidario, más bien neurótico, y su propósito es viajar al norte y por Copiapó para encontrar el cactus San Pedro, cortarlo, hervirlo y preparar un brebaje alucinógeno, que es de los pocos que no ha probado, porque le hace a la cocaína, hierba y mescalina.
Crystal Fairy es una hippie discontinuada, turista kármica y mujer flotante de conciencia hiperlaxa, en términos resumidos y coloquiales: una gringa loca.
Son numerosas las historias del cine nacional que amplifican su perspectiva con la mirada del extranjero o la variante del chileno distinto, por retornado o por residente en otro país.
Están las amplias razones de la coproducción, pero parece coexistir algo más de fondo, como si la sociedad chilena, para desatar traumas y descubrir recovecos, necesitara del concurso de extranjeros con otro criterio y mentalidad. Unos personajes que ayudan a interpretar mejor lo que algunos directores quizás sienten por Chile: desconfianza, aburrimiento y angustia.
Es un factor desplegado en decenas de casos: desde el jefe argentino en "Paseo de oficina" (2012) al falso mochilero noruego de "Turistas" (2009) y al chef con pasado madrileño en "A un metro de ti" (2009). Un danés en "Y las vacas vuelan" (2004) y una noruega en "Las cosas como son" (2012). Un gringo en el terremoto en "Aftershock" (2013), y en "No" (2011, el protagonista es alguien en transición: es y no es chileno.
Una investigación exhaustiva encontraría más y mejores ejemplos y hasta se podrían levantar varias tesis.
"Crystal Fairy" es una historia en clave que cuida lo que Sebastián Silva más quiere: a sus tres hermanos que actúan y que son los que protegen y entienden a esos personajes de opciones distintas y extrañas.
La película se ríe en voz baja de Jamie, su egoísmo y obsesión por la droga.
Crystal Fairy es irritante en su desenfado, y en su frondosa pilosidad se enreda cualquier atisbo de erotismo femenino.
Sebastián Silva les puede quitar todo: sexo, seso, ropa y además exhibir sus vergüenzas e historias grotescas, pero siempre mantiene la dignidad de esos extranjeros descocados.
Es una road movie barata con personajes que desean alterar sus sentidos con la droga, pero no por eso la película se hace sicodélica. No se perturba con imágenes oníricas ni efectos especiales ni deformaciones ópticas, que son el relleno inútil cuando ya no hay nada más que decir.
El director, al contrario, confía en su material dramático y en sus claves.
En esos visitantes extranjeros y en esos tres hermanos chilenos que dan cobijo y prestan oído, sin juzgar a nadie, con generosidad y hasta con cariño, cualquiera sea la confesión y relato: obtuso, sincero, estridente o retorcido.
Una película familiar, áspera y testimonial.
"Cristal Fairy & The Magical Cactus and 2012". Chile, 2013. Director: Sebastián Silva. Con: Michael Cera, Gaby Hoffmann, Juan Andrés Silva. 98 min. TE+7.