Señor Director:

De un tiempo a esta parte, la educación se ha vuelto un lugar común, a partir del cual se alzan las voces de una supuesta valoración frente al tema de la educación en Chile. Pareciera que existe consenso nacional de su importancia y de lo fundamental que esta es para superar las brutales desigualdades sociales.

Sin embargo, mi experiencia en una escuela básica municipal, inserta en un medio de alta vulnerabilidad, habla de todo lo contrario. El día a día de un docente en este medio da cuenta de una labor precaria, tremendamente desgastante, desvalorizada socialmente y con bajísimas remuneraciones.

En estas condiciones los discursos quedan en eso, en palabras que no han logrado materializarse en un proceso de dignificación de la labor docente. No olvidemos que es a estos profesores a los cuales les estamos encomendando la tarea principal, educar a nuestros niños y jóvenes.

Antes de exigirles a estos profesores resultados en los aprendizajes de nuestros niños, tenemos que mejorar sustancialmente las condiciones en las cuales trabajan por esa tarea, agregando valor a su profesión y dignidad al rol que estos desempeñan en nuestra sociedad. Un avance significativo en este sentido sería que, dentro de la reforma educativa anunciada, el nuevo proyecto de carrera docente fuese realmente una prioridad.

Paula De Dios Crispi