Señor Director:

Por Santiago transitan a diario cerca de dos millones de personas, por motivos tan variados como trabajo, trámites, estudio, turismo y ocio. Lo anterior conlleva un costo importante para su administración local, la que debe generar las condiciones para su adecuado recibimiento.

El municipio, además, tiene bajo su alero parques públicos de la talla del O'Higgins, Forestal y Quinta Normal, que son los que congregan mayor cantidad de visitas a nivel nacional y no necesariamente de Santiago. Tiene también participación en el cuidado y mantención de inmuebles connotados -como lo precisó el fallo que obliga a la conservación de la Iglesia de San Francisco-, aporta a museos, como el Precolombino, y cofinancia al Municipal. Incluso colabora en la confección de los distintivos de honor y reconocimiento para las altas dignidades que nos visitan y que son recibidas a solicitud de la Cancillería en el palacio consistorial.

En resumen, ser la comuna capital trae consigo innumerables y costosos gastos al municipio, los que deben sincerarse y reconocerse por el supremo gobierno, mediante una ley de capitalidad que entregue recursos a Santiago para justamente paliar los costos asociados a su carácter de capital. Estos recursos especiales, lejos de ser un privilegio para Santiago, serían una justa reparación por las responsabilidades específicas que recaen en la ciudad, y permitiría al municipio poder atender de mejor manera las múltiples y en este último tiempo postergadas necesidades de sus vecinos.

Felipe Alessandri V.
Concejal de Santiago