David Reyes

Lo hizo fácil Iquique. Demasiado para tratarse de una final. Bastó la astucia de Manuel Villalobos, el panorama de Rodrigo Díaz y el desparpajo de César Pinares para clavar un zurdazo impresionante en el arco sur del Monumental.

Huachipato ayudó, alineando a los suplentes, sabiendo que su ración vital está en salvar la categoría en el torneo nacional.

Las diferencias quedaron plasmadas en el primer tiempo. Los celestes, instalados en Santiago desde que el norte se remeció por el terremoto, gozaban de profundidad y contundencia, mientras los "acereros" se quedaban en el trajín que pregona Mario Salas.

Iquique campeón, igual que en 1980 y 2010. Ahora jugará la Copa Sudamericana, timbrando su cuarto año consecutivo con roce internacional. "Una final no se juega todos los días, esto es para toda la gente del norte, fuimos los mejores en toda la Copa", valoró el "Rengo" Díaz.

"El terremoto nos vino en el momento menos esperado, hasta ahí veníamos jugando bien y el equipo se cayó, nuestras familias sufrieron mucho, estábamos en deuda, por suerte coronamos todo con este torneo", agregó Villalobos.