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Sábado 12 de abril de 2014
Violeta Parra expone en el Louvre
8 de abril de 1964
"Esto me parece un sueño". Así lo reconoció la artista chilena el día antes de inaugurar la exposición "Tapices de Violeta Parra" en el museo de Artes Decorativas, ubicado en el pabellón Marsan del Palacio del Louvre. "El Mercurio" del 8 de abril de 1964 dio cuenta de sus palabras: "Jamás pensé que mis tapicerías, arpilleras, esculturas y pinturas iban a gozar de tal lugar para presentarse en París".
Los cables precisaban que ella "comienza en la ciudad por donde los grandes del arte terminan, al poder mostrar sus creaciones en uno de los sitios más codiciados por todos los pintores del mundo". El periodista a cargo de la crónica, presente mientras las obras eran colocadas en sus sitios de exhibición, en momentos en que se escuchaban las canciones dulzonas, tristes y de contenido humano de la autora, relataba: "Se trata de objetos simbólicos, con un contenido humano y social, donde hay un arte sencillo, espontáneo, natural, de quien no sabe de academias ni de estudios. Un arte que capta al que lo ve, que interesa por la variedad de sus colores, por la mezcla de ellos, por la armonía de los conjuntos y por la fuerza de expresión popular".
Consultada Violeta Parra sobre la técnica que utilizó en sus trabajos, explicaba: "Yo no sé dibujar y voy realizando mis tapices sin tener una idea exacta de lo que voy a hacer en conjunto. No hago trazo alguno antes de comenzar, sino que voy viendo, poco a poco, lo que debe ponerse para llenar los espacios".
La folclorista multifacética comenzó casi por casualidad a crear lo expuesto. Al sufrir una hepatitis que la retuvo en cama durante ocho meses, decidió probar. "No podía quedarme inactiva, ya que cantar ni tocar la guitarra me estaba permitido. Un día tomé un trozo de arpillera y un poco de lana y bordé. No dio nada interesante, pero luego volví a comenzar con nuevas ideas. Un ingeniero dijo que mis tapices eran arte y, confiando en su afirmación, proseguí mi labor".
Se informaba, asimismo, del valor que la artista otorgaba a la muestra: "Soy la primera latinoamericana en conseguir estas salas del Louvre. Lo logré al presentar mis tapices, sin encuadrar, al director del museo de Artes Decorativas y él accedió". Sobre los colores usados, puntualizaba que tenía como base la gama araucana, en especial amarillo, negro, violeta, rojo, verde y rosado.
Además de los 23 tapices, se leía en el diario que Violeta Parra expuso 20 cuadros, 15 esculturas en alambre y máscaras cubiertas con porotos, lentejas y arroz, en forma de mosaico.