Esta película es una derivación o un apéndice, lo que llaman un spin–off, de la miniserie de televisión “La Biblia”, que se extendió por diez capítulos, más de 7 horas y tuvo tres directores.
Los gestores del proyecto fueron el inglés Mark Burnett, productor de reality show, y su esposa, Roma Downey, que interpretó a María en la TV y por tanto en la película.
La serie se estrenó hace un año por History Channel y tuvo audiencias récords de 12 y 13 millones de espectadores en Estados Unidos y la razón del “Hijo de Dios” es la aspiración de reproducir el éxito.
Las secuencias y planos distintos que pueden aparecer, son los que fueron descartados en el montaje para la televisión, aunque el matrimonio de productores –que son los creadores y dueños de la idea– aseguran que algo se filmó especialmente. Puede que lo haya, pero en todo caso muy escaso, porque la película es un recosido de los últimos cinco capítulos de la serie.
En los cinco primeros los protagonistas eran Noé, Moisés, Abraham o el rey David y en esos segmentos, por lo demás, estaban las batallas, la épica y los mayores efectos especiales.
El director acreditado en “Hijo de Dios” es Christopher Spencer, un especialista en programas educativos, que tuvo a cargo los capítulos 7, 8 y 9 de “La Biblia”, titulados “Pasión”, “Traición” y “Misión”, donde se relata la historia de Jesús, interpretado por Diogo Morgado, modelo y actor portugués.
Este no es un territorio para lecturas complejas, amplificación de ideas o renovación de nada.
Y cualquier comparación con las obras mayores –“Rey de reyes” (1961) o “El evangelio según San Mateo” (1963)– no sería un despropósito, sino algo peor: blasfemia y herejía.
La película tiene ritmo de silabario y su ADN es una serie de televisión pedagógica y cristiana que transita por un camino clásico y sin desvíos, desde el nacimiento y los reyes magos hasta llegar al juicio, calvario y resurrección.
Puede existir algún roce con las formas de creer, cuando todos parecen orar a distintos dioses: Jesús, Caifás (Adrian Schiller) y Pilatos (Greg Hicks). Alguna mínima lectura política en la aparición de Barrabás (Fraser Ayres) como un joven rebelde y criminal.
Cierta ráfaga de desolación ante las debilidades de los apóstoles y seguidores.
Y un esfuerzo actoral extenuante en Morgado, muy en la línea de Jim Caviezel en “La pasión de Cristo” (2004), con cámara lenta, primeros planos de clavos y manos, sangre y alaridos a borbotones desde la ciudadela hasta la cumbre del Gólgota, para documentar el hiperrealismo del tormento, según la prédica de la más antigua de las escuelas: el martirio como gran salvación y el sufrimiento como única redención.
Esta es una película literal, básica, física y demasiado mundana, porque existe gracias al éxito de la serie y por el afán de multiplicar panes, pescados y entradas.
“Son of God”. Director: Christopher Spencer. Con Diogo Morgado, Adrian Schiller, Greg Hicks. 138 min. Mayores de 14 años.