Señor Director:

Hace poco más de dos décadas, cuando tuvo su primer alcalde, esta comuna contaba con todo lo necesario para transformarse en un ícono de desarrollo local: un amplio valle por urbanizar, crecientes recursos para invertir, capital humano para diseñar y ejecutar, y un pueblo ancestral desde el cual favorecer la integración social y la conservación patrimonial.

Hoy, Lo Barnechea bien podría ser calificada como un caso frustrado de desarrollo local. El valle de La Dehesa ha pasado a ser un conjunto interminable de edificaciones en el que, increíblemente, no se dejó espacio para áreas públicas recreacionales. El verde que siempre la caracterizó dio paso al polvo gris de las construcciones que se tragan cada centímetro de cerro existente. Lo que podrían haber sido grandes avenidas y un diseño urbano de vanguardia no es ahora otra cosa que calles desordenadas, mal pavimentadas y atochadas de vehículos que luchan por salir o entrar a la comuna (fenómeno del que otros lectores y "El Mercurio" han dado vasta cuenta, sin reacción visible de parte de la autoridad). En fin, la delincuencia parece haberle ganado el espacio a la integración social, y de lo que fue el pueblo de Lo Barnechea no queda casi nada.

¿Por qué sucedió esto? ¿Cuánto más va a empeorar la situación? ¿Es posible revertirla? Me parece que sería bueno escuchar la voz del alcalde.

Juan Carlos Eichholz