Bill Marks (Liam Neeson) es uno de los pasajeros de la British Aqualantic, línea aérea que une a Nueva York con Londres. Es un vuelo de seis horas, y en el despegue Marks aprieta los puños, se le hinchan las venas, traga saliva y se angustia.
Tanta desesperación en un hombrón viejo y experimentado, es más bien improbable, pero posible; lo imposible de entender es que la profesión de Bill Marks sea la de alguacil aéreo.
Su malestar, en todo caso, se limita al despegue del avión, porque ya en el aire y como por arte de magia, Marks olvida sus miedos y se mueve tranquilo y sin dificultad, como alguien acostumbrado a los aviones y vuelos.
Su misión es mezclarse con los pasajeros, escuchar conversaciones y estar atento frente a cualquier delito.
El actor Liam Neeson repite la veta del policía activo o retirado que en solitario debe acometer una tarea de proporciones, según la huella de "Búsqueda implacable" (2008), la secuela de 2012 y una tercera película que se estrena el 2015.
El personaje de Bill Marks le hace honor a la incoherencia, porque vive en depresión, fuma como condenado y está en la categoría del alcohólico conocido, pero en vez de andar con los sentidos nublados y perturbados, que es lo que corresponde, viaja más despierto que nunca: memoria fotográfica, oído fino, ojo de lince y análisis permanente.
Esta inconsistencia en "Sin escalas", donde la historia y el personaje dicen una cosa y luego hacen lo opuesto, es la fórmula que emplea el director para convertir a la película en una trampa permanente.
Dentro del vuelo trasatlántico hay un criminal que se comunica mediante mensajes de texto, y amenaza con una bomba y un asesinato cada 20 minutos si no logra lo que exige: 150 millones de dólares.
El guión funciona como ruleta rusa y se las arregla para desplegar innumerables alternativas, donde algunas son descabelladas y otras demenciales, pero el asunto es extender la desconfianza al máximo y en cada uno de los pasajeros se instala el sambenito de la sospecha, incluido el piloto, copiloto y azafatas.
Con tal de encontrar un giro inesperado, sorprender con algún personaje o dar otra vuelta de tuerca, es capaz de cualquier cosa.
La ocurrencia más osada es que el culpable sea el propio Bill Marks, cada vez más desgastado y desesperado.
"Sin escalas", de Jaume Collet-Serra, es una historia con abundancia de inconsistencias, porque lo que manda son los trucos, los golpes de efecto y las trampas argumentales.
Con "La huérfana" (2009), este director sostuvo una película muy distinta a "Sin escalas"; sin embargo, existe una base compartida, que son historias absurdas y guiones sin coherencia. Pero el director catalán tiene lo que la industria más aprecia: contar el cuento, aprovechar cada centímetro del metraje y olvidar los escrúpulos.
"Non-Stop". EE.UU.-Francia- Gran Bretaña, 2014. Director: Jaume Collet-Serra. Con: Liam Neeson, Julianne Moore, Scoot McNairy. 106 minutos. Mayores de 14 años.