El argentino Patricio Pron (1975) es único entre los actuales autores sudamericanos por su gran productividad, escasa entre sus contemporáneos, por la genuina originalidad de sus textos, por el peculiar estilo que despliega, que muestra una indisoluble combinación de cultura popular y clásica o simplemente cultura a secas, por la densa raigambre lingüística de su obra, en fin, porque cada vez que publica un volumen fresco, siempre sorprende ante el cúmulo de elementos extraliterarios o los rasgos de literatura en estado puro que exhibe. Pron, a diferencia de tantos colegas, no juega por jugar, compromete enseguida al lector y si de vez en cuando se torna un tanto laberíntico, no nos mete el dedo en la boca con recursos trillados: su talento va por otros derroteros, que tal vez sean el anuncio de una carrera singular y muy promisoria.
La vida interior de las plantas de interior , su noveno título, consiste en 13 relatos, todos parecidos, todos distintos, cada uno una historia propia y extraña, aunque al promediar la lectura del tomo, nos damos cuenta de que hay muchos factores en común y una profunda ligazón que une, en forma invisible o de modo subyacente, a cada uno de los cuentos de esta colección. Es difícil resumirlos y más aún sintetizar estos argumentos, otra prueba del talento narrativo de Pron, que parece eludir el tratamiento a la ligera. Sin embargo, a riesgo de caer en simplificaciones, diremos que presentan la extensa irregularidad de la vida actual, el caótico panorama personal de quienes enfrentan un mundo atomizado y fragmentado, la disolución de las fronteras, digamos, normales de la convivencia, la imposibilidad radical de pensar en el porvenir, en fin, las insólitas situaciones cotidianas de personajes anónimos, que se mezclan en inusitadas aventuras que los acercan o los alejan.
El protagonista de "Un jodido día perfecto sobre la Tierra" es miembro de un jurado español provinciano que debe discernir el premio a la mejor narración en la categoría infantil y también en la de ficciones para adultos. El atribulado especialista tiene que estudiar centenares de creaciones inéditas, muchas de ellas ya conocidas por él debido a la infinidad de concursos similares en España y, en general, no hay mucho paño que cortar; en los manuscritos campean la cursilería, la burda falta de preparación, el lugar común flagrante o se percibe de inmediato el afán de ser publicado, nadie sabe para qué. Sin embargo, hay una pieza que lo cautiva y también nos cautiva a nosotros por idéntico motivo: el talento auténtico y la prosa clara y sin afectación. "La literatura es el territorio de las opiniones y las opiniones están sujetas a la persuasión, y de eso se trata el debate", reflexiona mientras decide arriesgarse por el desconocido. Por supuesto, pierde y entonces la trama toma un giro imprevisto y personal. "La explicación" comienza con un accidente automovilístico en la periferia de una ciudad en el cual participan, en calidad de actores principales, un hombre, una mujer malograda y un niño, testigo de los hechos. Para comprender lo que pasa, llegamos a la "sugerente trayectoria del belga Laurent Maréchal", quien resulta ser nada menos que Patricio Pron, que ha escrito, en francés, sus mismos libros, incluido La vida interior... Este salto mortal se realiza sin tropiezos y en la última página se reúnen, con perfecta naturalidad, las disparatadas ramificaciones de la crónica. "Trofeo de amantes que han partido" sería la descripción de una competencia de oscuros blogueros si no fuera, además, una suerte de elegía por tantas cosas que aparecen en la red sin que nadie las conozca. "Diez mil hombres" explora la misma vena superficialmente autobiográfica, en forma divertida y sin una cuota de narcisismo.
"Cincuenta y cuatro veces" tiene como héroe a Lump, el perro de Pablo Picasso y es un recorrido perplejo por algunas pinturas y algunos caracteres mayores y menores que rodearon al genial pintor. En "Como una cabeza enloquecida vaciada de su contenido" tenemos a dos albatros que vuelan por encima de una franja llamada "Mancha de Basura del Atlántico", un espacio tan contaminado donde ya es imposible hasta encontrar formas mínimas de subsistencia, si bien Pron se las arregla para encadenar a seres que llevan existencias peregrinas en Holanda, Inglaterra o China.
Como sea, La vida interior... es mucho más que lo antes dicho y constituye un desafío intelectual, a la vez que sensorial, para quienes aman lo novedoso sin ostentación y lo extraordinario de veras.