“300: El nacimiento de un imperio”
Cómo olvidar “300” y su legado de batallas estilizadas y testosterona depilada de calugas lustrosas. Esta segunda parte cuenta lo que pasó antes, durante y después de la película anterior, centrándose en la lucha de Temístocles (Sullivan Stapleton) por liberar Grecia de las hordas persas del soberano Jerjes (Rodrigo Santoro). Los persas cuentan además con el liderazgo en batalla de Artemisia (Eva Green), una griega que se ha cambiado de bando por el odio que siente hacia sus compatriotas. Hay enfrentamientos en el mar, con barcos llenos de guerreros estrellándose unos contra otros, y con cuidadas coreografías donde la cámara se abre paso entre los manantiales de sangre, solo descansando para dejar a los personajes dialogar sobre el odio, la muerte y el honor de morir en batalla. Es una película donde el exceso es la única estética, y donde todo el aparato audiovisual sirve para mostrar la violencia como una danza poética que se justifica en sí misma. La estilización es aún más elaborada que en la película anterior (lo cual no parecía posible) y la participación de la sobrenaturalmente sexy Eva Green como villana le sube considerablemente los puntos. Muy interesante película con muchas fallas, pero que termina siendo única por el simple espectáculo. Y más encima en 3D. Profesores de historia, abstenerse.
“300: Rise of an empire”. EE.UU., 2014. 102 minutos, mayores de 14.
“Need for speed: la película”Aaron Paul, el celebrado coprotagonista de “Breaking Bad”, se lanza a las ligas mayores con su propio estreno cinematográfico. Y, lamentablemente, es una burrada. Los fanáticos de los autos y la velocidad encontrarán mucho que apreciar: un despliegue pornográfico de autos de carrocerías brillantes y motores rugientes, planos a ras de suelo de los parachoques desplazándose a toda velocidad, impresionantes choques con los vehículos dándose vueltas en el aire para después estrellarse siete veces más antes de explotar, y así. Pero el guión es tan pobre como funcional: Paul interpreta a Tobey, un noble mecánico/corredor de carreras clandestinas que ve morir a su mejor amigo en condiciones injustas. Después de cumplir condena (sí, “por un crimen que no cometió”), busca a su millonario rival para resolver las cosas como corresponde: desafiándolo a la carrera clandestina más prestigiosa de todas. Es liviana y consigue entretener con momentos espectaculares, pero se toma tan en serio su música épica y sus planos del protagonista bajándose del auto en cámara lenta, que pareciera que el director leyó un guión distinto. Al público tuerca debiera entusiasmarlo, pero el resto quedará a medio camino.
“Need for speed”. EE.UU., 2014. 130 minutos, mayores de 14.