Los memoriosos recordarán los dibujos animados del señor Peabody y Sherman, sobre un perro de increíble inteligencia que adopta a un niño y lo transforma en su compañero de aventuras. Y no cualquier aventura, claro, porque el señor Peabody decide inventarle una máquina del tiempo a Sherman, para así mejorar su educación y su conocimiento de la historia universal. Una premisa que daba para entretener y, por qué no, enseñar sin dar la lata. Por el clásico programa desfilaban figuras históricas y grandes momentos que se hacían mucho más divertidos con un perro altanero y un niño inquieto a la cabeza en vez del latero profesor de Historia. Unos cincuenta años después se estrena esta adaptación cinematográfica de los añosos personajes, en versión digital y 3D, para ver si la familiaridad del título consigue (re) encantar a las audiencias y generar una nueva franquicia. Y más allá de la búsqueda de “propiedades” que estrujar en la taquilla, esta película es pura entretención para niños sin caer en la condescendencia que los trata como tontos, ni en la esquizofrenia de entretener a los adultos que los acompañan. La naturaleza episódica de la historia (una parada por la Revolución Francesa, otra en el Renacimiento, y así) puede cansar a los más grandes, pero es un perfecto “zapping” para los más pequeños, que no resistirían una historia de viajes temporales con las complejidades a las que uno está acostumbrado. Hay anacronismos y chistes que harán sufrir a los historiadores, pero la intención de abrir entretenimiento hacia estos terrenos inexplorados en Hollywood la hace una alternativa más que noble en la cartelera.
“Mr. Peabody and Sherman”. EE.UU., 2014. 92 minutos, todo espectador.