Señor Director:
El presidente de la SCD, señor Guarello, en su
carta de ayer hace algunas aseveraciones, pero elude el tema de fondo.
La Asociación de Radiodifusores de Chile (Archi) siempre ha tenido, y mantiene, la mejor disposición a colaborar en una mayor difusión de la música chilena. Siendo presidente de la SCD el señor Fernando Ubiergo, impulsamos un conjunto de iniciativas muy concretas e innovadoras con ese propósito. Fue tras la lamentable y abrupta renuncia de Fernando Ubiergo, que asumió la presidencia de la SCD el señor Guarello y se interrumpió esa prometedora agenda, priorizando impulsar una imposición legal por sobre un clima colaborativo como el que habíamos establecido con su antecesor.
Cuando hacemos referencia a la recaudación de US$ 25 millones al año que realiza la SCD, de los cuales el 30% queda para la administración, es porque consideramos necesario transparentar los estímulos e incentivos económicos que subyacen al debate de la música chilena y a la forma como ese monopolio privado administra y distribuye esos cuantiosos recursos, sin que sea posible conocer, por ejemplo, la nómina de distribución, fundamental para verificar el cumplimiento de los criterios de distribución.
A su vez, el porcentaje de emisión de música en radio se toma como referencia para distribuir lo recaudado en otros rubros, como supermercados, comercio, hoteles, etcétera, de manera que obligar a las radios a tocar más "canciones chilenas", sean estas reggaetón, cumbia, rancheras o cualquier otro género, impacta directamente en los ingresos de los músicos beneficiados. Se trata esencialmente de un proyecto con fines económicos y no de identidad cultural.
Finalmente, decir que el uso del espacio radioeléctrico concesionado a la radio "no está sujeto a regulación alguna" es de una ignorancia supina; otra cosa es que por tratarse del espectro radioeléctrico, unos pocos pretendan atribuirse la potestad de "regular" la programación y contenidos que se emiten y crear organismos orwellianos para fiscalizar las canciones que toca cada radio y perseguir con sanciones a las que no cumplan con ese porcentaje.
Hoy se pretende imponer arbitrariamente a los chilenos un 20% de canciones por hora, independientemente del formato radial, de los géneros musicales asociados a ese formato y de las preferencias del público; mañana puede ser cualquier otra imposición.
Felizmente, la radio es el medio mejor evaluado por la ciudadanía, en credibilidad y confianza, gracias a la diversidad de su oferta programática, y según el estudio del CNTV es el medio que mejor satisface a sus audiencias, con el 84% de aprobación.
Creemos que hay una gran oportunidad para promocionar y fomentar la música chilena, sin imposiciones que afectarían no solo a las radios, sino a los millones de chilenos que diariamente nos escuchan.
Luis Pardo SáinzPresidente
Asociación de Radiodifusores de Chile