En la pequeña historia de este verano 2014 que ya casi se fue, debería quedar registrado un corto publicitario del CDF, el exitoso, popular, masivo e influyente Canal del Fútbol.
El testimonio sobre los viudos de verano se repitió en ese canal y en el resto de canales abiertos, para que todos lo vieran y nadie la olvidara.
Después de varios meses, seguro que no es difícil de recordar.
Un señor despide a su familia y en esos días sin esposa e hijos e hijas, hace de las suyas y lo primero es el fútbol y verlo en compañía de amigos y amigotes.
Ese grupo de chilenos, frente a un partido por televisión, modifica sus costumbres y los seres civilizados se convierten en una patota de ácratas malolientes.
Esa es la idea y el chiste.
A medida que pasan los partidos, el viudo de verano y sus compinches sueltan amarras y descienden a esos estadios tribales donde la falta de aseo y urbanidad es colectiva.
El mensaje es claro y evidente: los hombres que se reúnen para mirar un partido de fútbol por televisión se transforman en personas toscas y sucias que olvidan bañarse y comportarse.
Es gente que reniega del agua y jabón, por dentro y por fuera, porque el fútbol es más fuerte.
Los une el desarreglo personal, la falta de urbanidad, el desaliño y el gusto de lucir como cavernícola, porque no hay nada como la llamada de la selva, en este caso, es un partido por televisión.
Chilenos que se desprenden de la liana, se hurgan las pulgas, aúllan de lo lindo y que venga la sarna y el picor, porque todo se aguanta y tolera, frente al fútbol que da lo mismo y no es más que una excusa para juntarse y regresar a lo más natural: un estado prehistórico, gritón y físico.
Que vengan los peores sonidos y olores corporales, porque toda fetidez será permitida.
El lenguaje que emplea el viudo de verano y su grupo, seguramente avergonzaría a un corsario mal hablado de Isla Tortuga.
Alrededor de la parrilla y entre cervezas, se respira un aliento de fuego, ajo, carbón y chilenismos.
Son compatriotas que vuelven a la caverna, sombras y hedores del troglodita nacional.
El aviso publicitario del CDF liga al fútbol y a los partidos por televisión, con la mala enseñanza y las pésimas costumbres, con la suciedad y brutalidad de los mundos primitivos.
El cambio cultural y las campañas de educación no parten por las migas: el pelafustán que se sube a la reja o tira una bengala.
Comienzan con las instituciones, con el canal del fútbol y un popular aviso publicitario.