Señor Director:
Algunas voces provenientes de la dirigencia de la FECh han expresado su preocupación por opiniones disidentes a su línea, respecto a la difícil situación que está viviendo Venezuela. La dirigencia afirma que estas opiniones no son representativas del movimiento estudiantil, olvidando, de paso, que en el caso de la lista ganadora de la FECh, ésta no llega al 10% de la matrícula de pregrado de la Universidad de Chile, y que en total las tres listas que compitieron no llegan al 25%. Estos números no son un detalle, ya que la estrategia del asambleísmo de extrema izquierda consiste en hacer de su democracia representativa la única voz autorizada para dar legitimidad política a una opinión o institución. Lo peor aún, es que dicha participación no es en rigor el foco de lo que hace un estudiante que -a diferencia de los dirigentes políticos- dedica sus años de estudio, justamente a estudiar, sacar una carrera e iniciar así su vida profesional.

Mutatis mutandis , los mismos dirigentes opinan que a pesar de que en Venezuela exista una política pública que viole la propiedad privada, que el Ejecutivo no garantice la seguridad interna lográndose tasas inéditas de homicidios a nivel mundial, además de ser violadas la libertad de prensa, organización y, asimismo, el debido proceso que exige un Estado de Derecho; independiente de todo eso, lo único que importa es que ese gobierno fue elegido democráticamente, sin importar si existió coacción, cohecho o fraude, para que así fuese. Este delirio democrático nada tiene que ver con una exigencia que precede a la democracia, y es que un gobierno debe ser justo.

José de la Cruz Garrido
Profesor Teoría Política Facultad de Gobierno UDD