Hay un momento en "12 años de esclavitud", donde una joven es desnudada, atada y azotada sin compasión, para que el látigo desprenda carne, hueso, nervio y sangre.
La furia de la secuencia, que no la película, se puede comparar con el castigo brutal de "La pasión de Cristo" (2004) de Mel Gibson.
En el inglés Steve McQueen existe un camino de sacrificio humano, en otras palabras, sus películas también son el relato de un calvario.
En "Hunger" (2008) era la historia de Bobby Sands, un líder revolucionario, irlandés y católico, que decidió morir de hambre en la cárcel.
Y el protagonista de "Shame" (2011) era un adicto al sexo en Nueva York y un personaje perdido que se consumía por el fuego de sus genitales.
Solomon Northup (Chiwetel Ejiofor) es un hombre negro, casado y con dos hijos. Un vecino de Nueva York en 1841 que se gana la vida como músico y violinista, pero lo más importante es otra cosa: es un ciudadano libre.
Solomon será capturado, arrastrado, torturado y convertido en esclavo por largos doce años en las plantaciones de Lousiana.
Es una terrible abducción y se trata de un largo sueño que se inicia en otra zona de su país. Después de un viaje en barco desembarca engrillado, golpeado y humillado, con otra condición.
La película se basa en la autobiografía de Solomon y avanza entre destellos de rabia y horror, pero McQueen también es un director fino y delicado y algunas de sus imágenes poseen la belleza deslumbrante y maldita de las mansiones del sur profundo y esclavista.
El protagonista será testigo de distintas clases de patrones, también del miedo y silencio que inunda a los suyos y de la perversión de esos comerciantes y capataces que atrapan, castigan y venden a la gente de color.
Lo más extraño de la película es la breve participación de Brad Pitt como un carpintero de origen canadiense, en realidad un ángel de la guarda que viene del mundo de las estrellas del cine.
Lo más cruel es el destino de las mujeres: la madre que muere de llanto, porque le arrebatan y venden a sus hijos, y la joven Patsy (Lupita Nyong'o), a que le rompen el lomo a latigazos.
La culminación de este mundo enfermo es la hacienda de Edwin Epps (Michael Fassbender), donde existe un clima morboso y torcido donde todo se cauteriza: los trajes de lino blanco y el sudor, el deseo por las esclavas, la educación de la servidumbre y los grilletes del miedo.
La película es capaz de vislumbrar las relaciones enfermas, desequilibradas y terribles que existen en un régimen de amos y esclavos, donde todo se corrompe: sexo, lealtad, identidad, sentimientos y familia.
Este es el país de Solomon Northup, un hombre que padeció el tiempo que le tocó vivir. Racismo, dolor, muerte y desprecio. Es la historia como calvario.
"12 años de esclavitud" explora los cimientos que explican el pasado, el presente y el futuro de una nación.
"12 years a slave". EE.UU.- Gran Bretaña. 2013. Director: Steve McQueen. Con: Chiwetel Ejiofor, Michael Fassbender, Lupita Nyong'o. 134 minutos. Mayores de 14 años.