El lema de Santiago a Mil 2014, "Amo el Teatro", puede producir inquietud en la Danza, la Música, las Artes Plásticas y en quienes traen espectáculos públicos que no son propiamente teatro. Pero es un lema justo, el Teatro es el centro de Santiago a Mil. La incorporación de otras artes es valiosa porque muestra la amplia gama de acciones escénicas, pero son las obras teatrales producto de una más intensa y persistente búsqueda las que marcan las cumbres y quedan como el principal aporte del Festival.
"Stifters Dinge"
Los amores, para que se mantengan, deben renovarse día a día; lo que hemos visto en la primera semana del Festival instala dudas acerca de qué es el teatro y exige apertura a miradas distintas. La propuesta más radical es "Stifters Dinge" del director Heiner Goebbels. En el escenario vemos rieles, piscinas, objetos de imprecisa apariencia, árboles secos, aguas bullentes, trozos oscilantes de un cuadro de Bruegel. Todo se mueve y produce una música moderna con ruidos, notas de instrumentos, voces que susurran canciones en idiomas desconocidos. En la conferencia que Heiner Goebbels que dio el martes en el GAM explicó que su intención fue investigar si es posible hacer obras sin actores. Obras sin texto ya hay, "Acto sin palabras" y "Breath", de Samuel Beckett, fueron hitos en su tiempo; Jorge Díaz escribió "La orgástula" en un idioma inventado; las acciones reemplazaban las palabras. Hacer una obra sin actores es un desafío mayor. Para lograrlo Goebbels dio protagonismo a la música, a pianos que tocan solos, a voces con resonancias antiguas. Los sonidos emergen de un conjunto de extraña plasticidad: árboles secos nos sugieren una naturaleza apenas vislumbrada, vemos la arquitectura interna de los pianos, estanques iluminados, telones que suben y bajan. Es una gran instalación plástica y sonora a la que los textos de Adalbert Stifter podrían otorgar sentido dramático. Heiner Goebbels busca presentar la ausencia. En otras de sus obras hubo ausencia de palabras, ausencia de sonidos durante un largo tiempo. En este caso, más radicalmente presenta la ausencia de actores, pero no de vida. Los objetos se mueven, producen música por una tecnología humana. Goebbels separa los elementos que componen un todo y hace que cada uno actúe en forma independiente. Es una polifonía, como un cuarteto de cuerdas en que cada instrumento actúa en forma individual pero se integra al conjunto. En teatro, la música, la plasticidad, las voces, son independientes pero al interactuar producen efectos que cada espectador puede captar en forma distinta y abierta. Lo normal es que apoyen al actor, aquí adquieren protagonismo. Ver y escuchar "Stifter Dinge" es una exigente experiencia estética.
"Opening Night"
"Opening Night" nos plantea una dimensión diferente de lo que podemos entender por "teatro". Está basada en la película del mismo nombre de John Cassavetes. El conjunto holandés, dirigido por Ivo van Hove, altera los límites de la actuación teatral, nos instala en un set de filmación, que es, a la vez, sala de ensayos y escenario en los días previos a un estreno. La actriz protagónica no quiere aceptar un rasgo de su personaje, ser mujer que ha perdido el atractivo de la juventud. La imagen de una fan que muere atropellada poco después de firmarle un autógrafo acentúa el problema interno de la actriz. Sin embargo el tema es otro, se vive en medio de verdades a medias. No es que la actuación sea distinta de la realidad, es que ni en el teatro ni en la vida llegamos a la verdad. Todo son juegos ficticios, reflejos, irrealidades. Ivo van Hove, siguiendo a Cassavetes, desarticula la historia, mezcla ensayos de una obra con situaciones de la vida de los actores, nos hace entrar a un set de filmación, vemos a la dramaturga, al productor y a muchos tramoyas que colocan objetos para simular espacios que las cámaras nos harán ver de otro modo. Lo que se proyecta en la pantalla es la filmación, pero lo que vemos es distinto. Tenemos tres realidades: lo que vemos en el escenario, lo que vemos en las pantallas y lo que son los actores. Es la separación que ya hizo Pirandello en "Seis personajes en busca de autor", pero llevada a un plano más complejo en el tiempo de hoy. Cassavetes presenta la alteración anímica de una actriz en los días anteriores al estreno. Nos muestra que una gran actriz, aunque esté muy ebria, al entrar a escena es capaz de interpretar su personaje en forma magistral. Es la magia del teatro. Van Hove, en cambio, pone el acento en la verdad. En la escena final desaparecen las cámaras, se apagan las pantallas, se esfuman los sets de filmación y vemos ahora a los actores enfrentados a su verdad, a su necesidad de ser acogidos por el público, incluso deben saber hacer el saludo final. La verdad es sencilla y directa.
"Le signal du Promeneur"
Juvenilmente enérgica es la puesta en escena de la compañía Raoul Collectif en "Le signal du Promeneur". Comienza con una afirmación radical: "la Tierra es una astronave sin piloto, que va derecho a la catástrofe". Los frecuentes estallidos de barbarie que vemos en todos lados hacen pensar que se están produciendo cambios de amplia magnitud en la vida del planeta. El comienzo de la obra se desarrolla en penumbras. Un antiguo farol parece flotar y tenues luces iluminan rostros que van apareciendo como de la nada. El grupo interpreta melodías corales y se crea un espacio ritual. La oscuridad del escenario está en consonancia con la oscuridad interior de los personajes. Se sienten solos, sin apoyo, y miran con ironía el social premio al esfuerzo y la tenacidad, pero comprenden que quedándose echados todo el día en la cama no resuelven nada. Como son jóvenes, todo explota en cantos, bailes y música de jazz que tocan apilados sobre el piano. Una cita de Camus aparece como un leitmotiv "La verdad, como la luz, enceguece". Necesitan encontrar la verdad, las muchas falsedades y la falta de oportunidades los colocan en la oscuridad, pero, cuando se acercan a alguna luz, enceguecen. En la obra no se construye una historia, se yuxtaponen monólogos directamente dirigidos al público. Es ésa una característica común de las obras de hoy. Rechazan las estructuras tradicionales del teatro y sin mediar situaciones de las que se podrían deducir posiciones, expresan directamente al público sus posiciones filosóficas o sociales. Los espectadores, la mayoría jóvenes como ellos, se identifican con sus críticas, aplauden su energía juvenil y aprecian las muy buenas actuaciones.
Estas tres obras de la primera parte de Stgo.a Mil son disruptivas, buscan nuevas formas de expresión, se interesan por temas aún no decantados y por lo mismo, resultan extrañas, anómalas. "Raoul Collectif" es un grupo que une lo popular y lo culto, con energía juvenil, interpretan las preocupaciones más actuales. Heiner Goebbels e Ivo van Hoven tienen el respaldo de años de trabajo en una misma línea, cuentan con un equipo técnico y medios que les permiten llegar a realizaciones de alta calidad. Todas ellas amplían la concepción de lo que es el teatro.