Al final de "Casino" (1995), la mafia se retira de Las Vegas, su territorio en la década del 70 y hasta comienzos de los 80. Se repliega porque el avance de las corporaciones, con la bolsa y los bonos basura, se lo está comprando todo.
"El lobo de Wall Street" parte en 1987, en la ciudad de Nueva York, cuando Jordan Belfort (Leonardo Di Caprio) llega a Manhattan, ingresa al mundo bursátil y Mark Hanna (Matthew McConaughey) le da su primera lección.
En un restaurante, en lo más alto de un edificio, entre tragos fuertes y varios gramos de droga, Hanna se golpea el pecho y al mismo tiempo emite un sonido gutural, profundo y tribal. Es un juego, pero también una imagen: son hechiceros que cautivan a los aldeanos y chamanes que del humo hacen dólares.
Los protagonistas de ambas películas, "Casino" y "El lobo de Wall Street", están basados en personajes reales, y sus biografías de auge y caída cubren la segunda mitad del siglo pasado.
En "La edad de la inocencia" (1993) y "Pandillas de Nueva York" (2002), el período histórico era la segunda mitad, pero del siglo anterior: el XIX.
Y hasta se podría pensar que "El aviador" (2004), con la vida de Howard Hughes y Hollywood, tiene un complemento en uno de sus viejos proyectos: "Sinatra", que se anuncia para el 2015.
Martin Scorsese filma la historia de Estados Unidos, es la forja del capitalismo y es la materia del héroe en la sociedad de mercado: trozos de audacia, restos de locura, gotas de genio y años de trabajo.
Scorsese, entonces, con la mentalidad del protagonista cuenta la historia, y por eso el montaje es frenético, la narración trepidante y la cámara explota con desenfreno y energía, porque así el capitalismo construye su mitología.
Estos personajes son semidioses del sistema y Jordan Belfort necesita alterar sus estados, y para eso no hay mejor alimento que el alcohol, la droga y el apetito sexual.
Y si logra dominar el mundo y ganar millones de dólares en un par de horas, es porque la tierra de cultivo es la apropiada, y allá afuera hay un país y unos ciudadanos que son tan codiciosos como él. Es un gurú en la venta de bonos basura, riesgosos y con alta volatilidad o bien falsos y tramposos. Los miembros de su oficina bursátil, Stratton Oakman, crecen agazapados tras un teléfono y son predicadores del call center, magos de la persuasión y lobos de Wall Street.
Belfort es un ídolo falso e imperfecto que multiplica los panes, anuncia la tierra de oportunidades, saca dinero de la nada y cambia la vida de los que deciden seguirlo.
"El lobo de Wall Street" es el Olimpo del mercado cruel y salvaje, son los términos de su religión y es la biografía de uno de sus dioses más terribles y fugaces. Y el director Martin Scorsese, como en tantas de sus películas, no filma el sueño americano, lo que filma es su pesadilla.
"The wolf of Wall Street". EE.UU., 2013. Director: Martin Scorsese. Con: Leonardo DiCaprio, Jonah Hill, Margot Robbie. 179 min. Mayores de 18.