Hace 500 años apareció la obra más controvertida e influyente de la literatura española: “La Celestina”. De ella proviene la gran literatura de España, incluido el Quijote. Cervantes, en unos versos de pie quebrado, lo calificó “de “libro en mi opinión divi-/ si encubriera más lo huma-”.

Como en el caso de Homero, “La Celestina” motiva muchas preguntas. ¿Es una novela dramatizada o un drama novelado? ¿En qué ciudad castellana está situada? ¿Por qué Calisto y Melibea, pudiendo casarse como Dios manda, prefirieron amarse clandestinamente? ¿Para moralizar contra “los locos enamorados” y denunciar “los engaños de las alcahuetas y (a los) malos y lisonjeros sirvientes”? ¿Es efectivamente su autor, como se señala en un acróstico colocado al principio, “el bachiller Fernando de Rojas”, de cuya existencia hasta se ha dudado, que halló un primer acto, atribuido a Juan de Mena o a Rodrigo Cota, y compuso 15 más, como declara en el prólogo de la segunda edición realizada por Pedro Hagenbach? Nuevas ediciones extendieron el texto hasta llegar finalmente a los 21 actos.

La primera edición de Fadrique Alemán de Basilea, publicada en Burgos, de 16 actos, se titula “Comedia de Calisto y Melibea”. Nuevas ediciones, realizadas en Sevilla y en Toledo, con 21 actos, se titulan “Tragicomedia de Calisto y Melibea”. Otra edición sevillana lleva el desembozado título de “Libro de Calisto y Melibea y de la puta vieja Celestina”. A partir de publicaciones posteriores, la obra es llamada simplemente “La Celestina”.

Hasta el día de hoy.

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