En “El Mercurio” del 14 de diciembre de 1963 se comentaba que, hasta hace algunos años, la localidad de Rapel —ubicada a 120 kilómetros al suroeste de Santiago— era un paraje solitario, inhóspito y rodeado de lomajes áridos, pero en un futuro cercano, todo ese sector estaría cubierto por las aguas de un lago artificial de ocho mil hectáreas. ¿La razón? Endesa estaba construyendo ahí la primera central hidroeléctrica de represa del país y la de mayor envergadura, considerando el trabajo técnico y las dificultades del terreno.

“Hoy, cuatro mil hombres y enormes maquinarias trabajan en tres turnos consecutivos, las 24 horas del día, efectuando las obras de la que será la central más grande y de mayor potencia proyectada hasta la fecha en Chile”, se informaba. Su construcción, en una garganta del río Rapel, a 40 kilómetros de su desembocadura en el mar, se había iniciado luego de extensos estudios geológicos y técnicos del terreno, que demoraron muchos años (los primeros datan de 1942). “La intención primitiva fue la de crear un lago artificial que permitiera el regadío de las regiones de Melipilla y Santiago. Sin embargo, en 1956, Endesa determinó que el lugar sería más aprovechable para el funcionamiento de una planta generadora de electricidad”, se leía en el diario.

Hasta ese momento, se estaban realizando los trabajos previos a la construcción del muro de contención de la represa, el cual tendría una altura de más de 100 metros, es decir, mayor que el cerro Santa Lucía. Para desviar el curso del río Rapel, en tanto, fue necesario excavar en la roca un inmenso túnel.

“Rapel es una obra de ingeniería en grande. Casi todo el equipo en uso es de origen extranjero. Hay máquinas gigantescas que, por primera vez, se usan en nuestro país, como una concretadora con capacidad para producir 100 metros cúbicos por hora”.

Y se agregaba: “La Central Rapel tiene proyecciones económicas insospechadas. Responderá a las futuras necesidades del consumo eléctrico en la zona central, pues mediante un complejo sistema de interconexiones asegurará el consumo de la capital y de otras ciudades, y además atenderá las necesidades de riego de la región”.

Finalmente, la planta hidroeléctrica fue inaugurada el 21 de junio de 1968, año en que también comenzó a formarse el gran lago, que se convertiría en un lugar turístico, ideal también para la práctica de los deportes náuticos.