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Sábado 23 de noviembre de 2013
“Hay que resistir los cantos de sirena de modelos refundacionales. El camino es la reforma y el cambio gradual”
El líder de la mesa DC, Ignacio Walker, se refiere a cómo su partido enfrentará la segunda vuelta presidencial y a la eventual instalación de un nuevo gobierno.
Felipe Contreras y Guillermo Muñoz
Un diálogo “con mucha franqueza” dice haber tenido el presidente de la Democracia Cristiana, Ignacio Walker, con Michelle Bachelet el jueves en la mañana.
El senador no esconde su satisfacción, debido a que siente que la candidata presidencial de la Nueva Mayoría tiene una “alta consideración por la DC”.
Sin embargo, la semana no ha estado exenta de dificultades. Tras la derrota electoral de Soledad Alvear en Santiago Oriente, surgió cierta molestia desde el mundo democratacristiano con el comando por un supuesto “favoritismo” hacia Carlos Montes (PS), lo cual derivó en declaraciones del socialista contra el marido de Alvear y ex presidente de la DC, Gutenberg Martínez.
Esto, junto a cómo su partido afrontará la segunda vuelta y la eventual instalación de un nuevo gobierno, son temas que el líder de la mesa DC aborda en conversación con “El Mercurio”.
—¿Le preocupa que dirigentes de la Nueva Mayoría pretendan “izquierdizar” la campaña y el eventual futuro gobierno?
—Eso es un falso dilema, porque el liderazgo de Bachelet es muy transversal. Hay una convocatoria amplia. Mal podríamos “izquierdizar” una campaña entre Bachelet y Matthei cuando hay todo un mundo societario por conquistar que quiere saber cuál es el proyecto país que ofrecemos.
—¿Teme que la DC no tenga el mismo nivel de injerencia que en gobiernos anteriores?
—El tema no es cuántos cargos vamos a tener o a qué nivel. El tema es cómo vamos a articular nuestro programa de gobierno. Tengo la convicción de que el camino es la reforma y el cambio gradual. Venimos de vuelta de los modelos refundacionales, y desde esta perspectiva encararemos la implementación del programa.
—¿Esto es entonces una de las principales consignas que defenderá la DC?
—Uno de los principales aportes de la DC en el próximo gobierno será en esa dirección. Tenemos que evitar los cantos de sirena de los modelos refundacionales. El camino es la reforma y el cambio gradual. No queremos renegar de los profundos cambios que introdujeron los gobiernos de la Concertación.
—Esto puede ser tema de debate y enfrentamiento al interior de la Nueva Mayoría.
—Reconozco que esto ya es un tema de debate en el bloque. Hay distintos matices, porque nuestro acuerdo electoral da cuenta de una gran diversidad, pero queremos velar por que esos cambios estructurales sean sustentables y perdurables.
—Usted, a comienzos de semana, señaló que “la segunda vuelta será una batalla por los votos de centro”...
—Siempre el voto de centro, independiente, moderado, será importante, desde una clara perspectiva en favor de los cambios sociales y políticos que estamos postulando. Como decía Frei Montalva, “debemos ser una opción nacional y popular”.
—¿Qué relevancia adquiere en ese contexto el rol de la DC?
—La DC es muy importante no solo para la segunda vuelta, sino con miras al gobierno. La DC juega siempre un rol fundamental, y nos van a ver en la vanguardia, y no en el vagón de cola. La DC está llamada a ejercer un liderazgo, y en ese sentido no vamos a asumir una actitud defensiva; no hemos pensado en atrincherarnos. La DC existe para la justicia social, por lo que tenemos un compromiso muy de fondo con el programa. Con todos los matices y diversidad que significa un acuerdo electoral como el de la Nueva Mayoría. Vamos a liderar los cambios, y no vamos a ser un dique de contención de las demandas ciudadanas.
—¿Usted está de acuerdo con no hacer grandes cambios en el comando de Bachelet?
—Cuando uno saca 47% de los votos entre nueve postulantes, a 22 puntos de diferencia de la segunda candidata, básicamente hay que mantener y reforzar ese trabajo; a diferencia de la derecha, en donde ha habido un intento de rectificación; intento que duró 48 horas, porque el senador Horvath se desmarca de Matthei, hay un silencio de Andrés Allamand y Manuel José Ossandón, etc. Eso nos habla de una realidad indesmentible: que el liderazgo de Matthei es muy restringido.
—¿Cree que debe haber mayor presencia DC en el comando?
—No aspiramos a asumir un nuevo protagonismo, nos sentimos adecuadamente representados, y ya estamos desplegados en terreno. Sí estamos reclamando un compromiso. Nosotros ofrecemos lealtad, pero también exigimos lealtad, especialmente de nuestros aliados.
—¿Se refiere a las declaraciones de Carlos Montes (PS) sobre Gutenberg Martínez?
—El que intente meter una cuña y dividir a la Democracia Cristiana se va a encontrar conmigo. Lo quiero decir derechamente. Se van a encontrar con una DC leal, fuerte y unida; por lo tanto, exigimos un trato entre iguales. La Nueva Mayoría supone una lealtad recíproca.
—¿Y qué le parece que nuevos senadores socialistas den por superado el eje DC-PS?
—Yo soy de los que creen que el entendimiento entre la DC y el PS le da gobernabilidad a Chile y ha fortalecido a ambos partidos. Si no, pregúntenle a Osvaldo Andrade. Hoy tenemos 30 diputados entre la DC y el PS, y a partir de marzo tendremos 40 diputados; eso es un hecho indesmentible. Creo que nuestro entendimiento no es excluyente, pero sí constato que es muy importante, para la estabilidad y gobernabilidad en torno a un proyecto de cambio.
—¿Pero no cree que de cierta manera se reordena el escenario en el Senado y con la llegada de socialistas que no son tan proclives a este entendimiento, como sí lo era Camilo Escalona?
—Yo no quiero cometer el mismo error que algunos cometen con nosotros de tratar de hacer distinciones internas hacia otros partidos. Nosotros no vamos a aceptar intromisiones en la DC. Siempre he creído que las relaciones entre los partidos son institucionales. No hacemos discriminaciones odiosas a otros partidos, pero exigimos respeto. Es la única forma de caminar juntos hacia los tremendos desafíos que vienen por delante.
Resultado electoral y diálogos con otras fuerzas
—En la Cámara aumentaron escaños, pero en el Senado bajaron 3. ¿Hay un mea culpa de la directiva?
—Somos la primera fuerza parlamentaria de la Nueva Mayoría, y hay que recordar que somos la primera fuerza de alcaldes a nivel nacional. Obviamente lamentamos la baja senatorial, y nos duele especialmente la derrota de Soledad Alvear, que fue sorpresiva. A mí me cuesta imaginar el Senado sin Soledad Alvear; es una pérdida para el país. Pero así es la política, y ella permanece como una figura plenamente vigente, y hay que asumir que sufrimos una derrota en materia senatorial y que vamos a tener 6 senadores, al igual que el PPD y el PS.
—¿Se está buscando un entendimiento ahora con el Partido Radical?
—Tenemos que conversar con todas las fuerzas políticas. Hay una nueva realidad en el Parlamento, y allí hay que sumar, y no restar. Hay que abrir el abanico, porque está Pedro Araya en el Senado, Alejandra Sepúlveda en la Cámara. Seguimos hablando también con Andrés Velasco. Hay que sumar a través del diálogo.
—¿Pero hay un acercamiento en particular con los radicales?
—Sí. Así lo han estado haciendo nuestros diputados en estos días, y encuentro que eso es altamente alentador. Estamos contentos de contribuir al esfuerzo de la Nueva Mayoría. Hay que recordar que en la reciente elección, cuatro diputados DC (Yasna Provoste, Matías Walker, Ricardo Rincón y Jorge Sabag) permitieron doblajes en sus distritos en favor del PPD, del PC y del PR. Eso es entender que tenemos que ayudarnos.
—Tras los acercamientos de Antonio Horvath (RN) con el comando de Bachelet, ¿ve una posibilidad de más conversaciones con la centroderecha?
—Yo le asigno mucha importancia al acuerdo que suscribimos con Carlos Larraín en enero de 2012 hacia un nuevo régimen político para Chile. Hemos revivido ese acuerdo en el esfuerzo por modificar el sistema electoral binominal. El mapa está modificándose en la centroderecha y al interior de la Alianza. Eso abre posibilidades de nuevas conversaciones desde la Nueva Mayoría. El país necesita ver a la DC sin camisas de fuerza y ampliar las posibilidades de acuerdo.
—¿Adquiere esto especial relevancia para gestionar acuerdos en el Congreso que permitan aprobar las reformas que propone el programa?
—El hecho de tener una mayoría en el Senado y en la Cámara no significa que estemos pensando en pasar la aplanadora. No es esa nuestra vocación y no entendemos así la política, por lo que seguiremos creando vasos comunicantes, puentes y diálogos que sean necesarios para que a Chile le vaya mejor.