Clay Hammond (Dennis Quaid), autor famoso y experimentado, lee fragmentos de su última novela “Palabras” y el público, admirado y cautivo, descubre que el protagonista de su nuevo libro, un tal Rory Jansen (Bradley Cooper), es un aprendiz de escritor.
En rigor ya terminó un manuscrito, pero carece de representante, ninguna editorial lo publica y por lo tanto no puede cumplir sus sueños de vender ejemplares, entrar a los rankings y convertirse en figura mediática.
Estas dos historias se relatan de forma alternada y entrelazada: la del escritor como narrador y la del escritor como personaje. El universo de la película, está demás decirlo, es sobre la creación literaria con sus resultados y misterios: inspiración, experiencias, autoría y fama.
Hay un tercera historia perdida en el tiempo y que transcurre en París en 1944, cuando un soldado del Ejército de Estados Unidos se enamora de una francesa y después de un trágico romance ese hombre, en apenas dos semanas, escribe el que será el único y gran libro de su vida.
“Palabras robadas”, la primera película de Brian Klugman y Lee Sternthal, es una obra con ciertas ambiciones, que tiene a “Las horas” (2002), de Sthepen Daldry, en la retina y la comparación.
La obra de Daldry giraba en torno al punto de vista femenino y el elenco masculino era lateral en el guión, pero no por eso los personajes eran incompletos o con problemas de terminación.
En “Palabras robadas” el punto de vista es el opuesto: los tres protagonistas son hombres y la película deprecia y hasta desprecia el rol de mujeres en el proceso de la creación literaria.
En cada uno de los casos y sin excepción.
Daniella (Olivia Wilde) es el recreo del autor veterano. Es la joven estudiante de Letras que admira ciegamente a un escritor viejo y maduro como Clay. Para ella es una divinidad y como su entendimiento es limitado, está dispuesta a entregarse en cuerpo y cuerpo.
Dora (Zoe Saldana) es justo la esposa que necesita un escritor. Es el apoyo de Rory Jansen. Trabajadora abnegada y consejera cariñosa que nunca pierde el ánimo y tampoco olvida la arenga diaria para un esposo aprendiz y poco talentoso: Rory, claro que se puede.
Celia (Nora Arnezeden) es la musa. Es la mujer francesa del soldado que escribe en el París de 1944, y la única que podría calificar como diosa inspiradora: una musa. Calidad mitológica irrelevante, porque su principal característica es su calidad de ninfa con cabeza de chorlito.
Estos personajes femeninos reflejan el material constructivo de “Palabras robadas”: cholguán plano y madera de poca nobleza, piezas esquemáticas y con tendencia a la caricatura.
Con personajes de este peso y laya, lo que pretendía ser un gran cocimiento literario, no pasa de ser una mera sopa de letras, aguada y poco cultivada.
“The Words”. EE.UU. 2012. Directores: Brian Klugman y Lee Sternthal. Con Bradley Cooper y Dennis Quaid. 103 min. Mayores 14.