Señor Director:

Hace unos días en la costanera de Concepción se inauguró el Memorial 27-F por el Presidente de la República, concurso obtenido por dos arquitectos y un artista. Los ganadores se han quejado de la modificación a su proyecto original y de la posibilidad de que la obra quede inconclusa, pero no se han quejado de la inaceptable acción, realizada sin consulta previa, del retiro y traslado de la obra del escultor Federico Assler, Premio Nacional de Artes 2009.

Esta obra monumental fue arrancada de su lugar de emplazamiento e instalada de manera irracional en otro lado, enterrándola 60 centímetros, con lo cual perdió la proporción y su forma original, para situar en su lugar el memorial. ¿Qué dicen los arquitectos de la obra? ¿Supieron previamente de ello? Fue el Ministerio de Obras Públicas el que premiara a Assler encargándole en 1999 esa obra por su trayectoria de escultor, instalándola en el lugar junto a otras.

Especialmente grave es esta nueva agresión, cuando la semana pasada, paradójicamente, se corrigió otro atentado al escultor, pues gracias al empeño del Centro Cultural Gabriela Mistral se pudo exponer y reinaugurar la extraordinaria obra que realizara, hace 41 años, para el ex edificio Unctad y que permaneciera oculta y guardada durante todos esos años, a pesar de haber sido creada para estar en el espacio público. Emotivas fueron las palabras de Assler en esta ocasión, largamente esperada, e indignadas las que pronunció sobre la otra.

Rodrigo de la Cruz B.
Decano (i)
Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Paisaje
Universidad Central de Chile