La carrera de los Oscar 2014 ya tiene nominaciones, posiblemente unas siete u ocho, porque "Gravedad" del mexicano Alfonso Cuarón, es unos de esos retos técnicos, actorales y dramáticos que no ocurren en vano para la Academia.
Al contrario, distinguir y premiar a la película es una reafirmación de que el cine sigue siendo el mayor espectáculo del mundo y el invento del 3D no fue en vano y en esta historia es un recurso imprescindible.
Lejos de la Tierra y a miles de kilómetros en el espacio, la doctora Ryan Stone (Sandra Bullock) y el oficial Matt Kowalski (George Clooney), junto al resto de la tripulación, corren el riesgo de desintegrarse, pulverizarse y desaparecer como si fueran una minúscula partícula de materia que retorna a su naturaleza original: la nada.
Una lluvia de despojos y restos de satélites arrasa con su nave, ambos quedan flotando a la deriva y la salvación son dos plataformas espaciales -la rusa y la china- que navegan y flotan por un territorio que no les pertenece.
De esta forma los volúmenes y las dimensiones pierden su masa y la cantidad de materia -de una persona o de una nave- se disuelve en un lugar que no sabe de medidas y carece de horizontes.
Todo se iguala en la inmensidad del cosmos, todo es pequeño en el Universo y por eso el 3D es perfecto para esta descripción tan llena de partículas, escombros, migas, fracciones y pedazos de cielo, porque la técnica del 3D captura lo infinitesimal del Universo.
El espacio sin gravedad es el territorio del 3D y las pequeñas cosas se transforman en planetas: un perno a la deriva es un meteorito, una voluta de fuego un sol incandescente y una lágrima de mujer es la luna llena.
En esa inmensidad no hay gravedad, están demasiado lejos de la Tierra y de su influjo y protección. En la vastedad oscura y desolada, lo único con vida y colores es el planeta del que vienen: azul, verde, café o blanco. Ese lugar es el hogar.
"Gravedad" es muy consciente de lo que representan sus dos actores, como también de la voz que viene de la Tierra, porque Houston para el cine estadounidense, ya es un personaje.
Sandra Bullock debe probar de lo que es capaz. Ya se ganó un Oscar blando por "Un sueño posible" (2009), pero esto es un reto y se trata de una actuación de resistencia, sufrimiento y con pruebas físicas por superar, porque de esta forma una actriz puede postular a un Oscar en serio.
El actor secundario es un astronauta divertido, cuentero, experimentado y valeroso, que cuando se asoma sonriente por la ventana de la nave, en ese preciso momento, lo que se revela es su aureola.
Nada lo altera ni destruye, porque es una presencia con el disfraz de Matt Kowalski, el personaje, pero en realidad lo que golpea el vidrio es un astro encantador e irrompible, en este caso, George Clooney, porque las estrellas de cine pretenden ser como el Universo: eternas.
"Gravity".
EE.UU., 2013. Director: Alfonso Cuarón. Con: Sandra Bullock, George Clooney. 90 minutos. Todo espectador.