El sudafricano Neill Blomkamp se tomó su tiempo, cuatro años desde "Sector 9", para filmar una película que reproduce en otro escenario un concepto de vibraciones parecidas: un mundo futuro dominado por la segregación y la discriminación.
En "Sector 9", las grandes corporaciones maltrataban y confinaban a los alienígenas a un barrio de Johannesburgo.
En este caso es un sistema de segregación monumental, acorazado y lejano que flota en el aire y se llama Elysium.
Es una gigantesca y lujosa plataforma espacial donde se refugió el segmento más rico y poderoso de la humanidad. Desde esa luna cercana, pero inalcanzable, se protegen de la mayoría, es decir, de los habitantes de la ciudad de Los Angeles en el año 2154, que viven entre las ruinas de las enfermedades, guerras, pobreza y contaminación.
Es una película con imágenes elegantes y poderosas, y el vacío espacial entre la Tierra y Elysium configura el precipicio que divide a una sociedad con un apartheid recargado y por eso se palpita la tiranía, para sostener el sistema de exclusión; y una rebelión naciente, que busca integrar a las masas a los beneficios de Elysium.
Existe un superhéroe por un accidente de radiación, con unos días para vivir o morir.
Se llama Max de Costa (Matt Damon), obrero en una fábrica bélica, que se mueve entre mexicanos: la monja que lo crió, sus amigos y hasta la mujer que lo quiso o lo quiere.
El sistema lo tiene fichado por su carácter y porque fue un ladrón de autos, pero antes de viajar a Elysium, para una misión de las suicidas, lo tienden en una mesa de operaciones y le incrustan al hueso y entre las carnes la estructura metálica de un androide, con el propósito de otorgarle poderes excepcionales y subirlo al podio del superhéroe.
A la instalación y a la urgencia de la aventura se opone Kruger (Sharlto Copley), un mercenario de las corporaciones y un cruel asesino a sueldo con dos compinches equivalentes. Sus poderes, por cierto, son los del supervillano.
Este tipo de personajes encasillan, encuadran y obligan a determinado tipo de narración, donde destacan los duelos en cascada, con un Max que suprime y borra a los rivales en la escala de menor a mayor.
En "Elysium" existen pocos lujos en la narración y menos en los personajes, porque la historia se ciñe al molde de películas realizadas con oficio y ritmo, pero demasiado encarrilada en los códigos.
"Sector 9", la opera prima de Blomkamp, tuvo la virtud de contar una historia distinta, con el lujo de sostener una ciencia ficción sombría y desesperada hasta el final. Un protagonista mutante e inclasificable -burócrata, revolucionario y alienígena- y una película con más vocación por la periferia que el centro.
"Elysium", en cambio, está pensada y realizada desde la corte: superhéroe, aventura espacial, buenas intenciones, políticamente correcta.
En suma: ciencia ficción blanca.
"Elysium". Director: Neill Blomkamp. Con: Matt Damon. 109 min. Mayores de 14.