A fines de los años 60 y hasta mediados de los 70, existió en Estados Unidos un grupo extremista con el ejemplo del Che Guevara y la teoría del foco revolucionario, cuyos integrantes fueron bautizados como Weathermen, porque de una canción de Bob Dylan tomaron el nombre: "No necesitas a un hombre del tiempo, para saber en qué dirección sopla el viento".
El abogado Jim Grant (Robert Redford) fue uno de esos jóvenes radicales y en la actualidad vive con otra identidad. Es un hombre pacífico y un viudo con una hija, pero el pasado que siempre se investiga no lo deja en paz, y tanto el FBI como la prensa, después de varias décadas de persecución, estrechan el cerco sobre esos hombres y mujeres ya viejos.
El grupo que lo acompañó está diseminado, desconectado y oculto por el país. Ya dejaron de ser lo que alguna vez fueron en los años 60: terroristas contra el sistema y la guerra de Vietnam, y por eso las bombas y los asaltos a bancos.
Ahora son ciudadanos de edad, gente instalada en la sociedad como buenos vecinos, es decir, abogado, pequeño empresario, profesor universitario o dueña de casa.
Robert Redford, que también sabe por dónde sopla el viento, se rodea de un reparto de secundarios sólido y serio, entre otros, Nick Nolte, Julie Christie, Richard Jenkins, Brendan Gleeson y la participación de Susan Sarandon es sobresaliente.
Su personaje es breve, pero deja ver que la mujer gastada por las arrugas y la rutina de atender a una familia, aún es la joven que fue y bajo su iris todavía brilla la ilusión de una revolucionaria.
"La ley del silencio" es una película sobre las creencias de una generación y las culpas de sus protagonistas, y sobre cómo ese torrente puede avanzar y contaminar a los hijos y el futuro.
Alguien con tanta trayectoria como Robert Redford debe conocer los riesgos de filmar un tipo de historias que respiran algo anacrónico y se sostienen sobre un reparto que hace años ingresó a la tercera edad.
Una muestra del riesgo es que "La ley del silencio", en Estados Unidos, apenas recaudó cinco millones de dólares.
Además el actor y director asume algo evidente: está muy veterano para encarnar a un personaje con una hija de once años.
El dato decisivo, sin embargo, tiene que ver con la historia y un tipo de cine escaso en Estados Unidos. De estar vivos, son las películas que filmarían directores como Martin Ritt, Sidney Pollack y sobre todo Sidney Lumet, que con estos temas de las culpas que traspasan generaciones, filmó dos títulos magníficos: "Daniel" (1983) y "Al filo del vacío" (1988).
Lumet y Ritt están en el Olimpo del cine estadounidense. Pollack en los alrededores.
Robert Redford aspira a ese cielo y filma estas películas por una razón honesta y simple: nadie más lo hace y alguien debe hacerlo.
"The company you keep". EE.UU., 2012. Director: Robert Redford. Con: Robert Redford, Julie Christie, Shia La Beouf. 121 minutos. T.E.