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Cartas
Domingo 29 de septiembre de 2013
El problema educativo
Señor Director:
En los últimos años, el derecho a la educación ha demostrado ser un tema principal que preocupa a la gran mayoría de los chilenos. Sin embargo, en la campaña presidencial este debate hasta el momento ha sido pobre y lleno de “titulares”. Esto reafirma que hoy el poder político está siendo incapaz de dar respuesta a la crisis educacional.
Es incapaz, porque sus técnicos piensan que basta con “focalizar mejor”, porque sus partidos han perdido toda vinculación real con la sociedad y porque el Congreso sigue regido por el binominal, que excluye los intereses mayoritarios, entre otras razones.
Como movimiento estudiantil, hemos dado cuenta largamente de los perniciosos efectos del lucro en la educación, mientras el 2012 el Congreso rechazó el informe que lo develaba. Desde un comienzo hemos abogado por una educación gratuita, mientras los técnicos de ambas coaliciones promovían un “mejor” endeudamiento. Ninguna reforma profunda y seria existirá si mantenemos la lógica delegativa en la política tradicional: solo con la participación activa de los actores sociales se puede garantizar un compromiso con la construcción de un sistema en donde la educación sea entendida como un derecho.
Esto impone grandes desafíos a las distintas candidaturas, comenzando por aquellas que provienen del mundo estudiantil. En cuanto a los contenidos, resulta fundamental reconocer y asumir las demandas históricas del movimiento estudiantil como los mínimos indispensables de un cambio al sistema educativo. Estas demandas están contenidas en diversos documentos y parten de la base de una educación gratuita, financiada directamente por el Estado y cuyo pilar fundamental sea la educación pública.
Pero, además, existe un importante desafío respecto de cómo ésta se implementa. Si la actual institucionalidad ha sido demasiado estrecha para realizar estas transformaciones y el movimiento estudiantil ha sido el principal actor en reconocer sus defectos y los cambios que hay que hacer, se hace necesario, por parte de todos los que aspiran a conducir el país, asegurar un mecanismo explícito de participación e incidencia de los actores sociales involucrados en el diseño y ejecución de la futura reforma educacional. Dependerá de cada alternativa política el mantener la incapacidad y el statu quo, o bien, el estar a la altura de lo que la educación chilena necesita y merece.
Andrés Fielbaum
Presidente FECh
Diego Vela
Presidente FEUC