La promoción de esta película ha tenido ciertas dudas con su título definitivo. Ha sido promovida y estrenada como Morales, el reformador, aunque en sus créditos se denomina Ulises Morales. La indecisión no es muy relevante, pero el título público pone un subrayado sobre el aspecto satírico del relato.
La otra vacilación ocurre con la atribución de las fuentes. Solo al final de los créditos, al final de la proyección, se informa que se trata de una adaptación de la película alemana Muxmäuschenstill (2004), de Marcus Mittermeir, una cinta bastante exitosa que ocupa el formato del falso documental para seguir las peripecias moralizantes de Mux, un sujeto solitario y violento que quiere limpiar a su país del delito.
Igual que Mux, Ulises Morales (Víctor Montero) siente que vive en una sociedad corrompida por los delitos y las faltas, un desorden que se extiende de abajo hacia arriba y que emerge de la falta de conciencia y responsabilidad. Morales comienza deteniendo y multando a un conductor bebido, pero luego persigue a los que no pagan en el Transantiago, los que piratean películas, los que orinan en las piscinas, los que rayan los muros, los que tiran basura en la calle, los que compran pornografía, los que no respetan las señales de tránsito, y así por delante.
El mundo de Morales está lleno de delincuentes y sería feliz si dispusiera de una red infinita de informantes. Es el policía total, y es también un anticuado, un retrógado, un sentimental nostálgico. Con el dinero que cobra (en efectivo) de sus multas, contrata como ayudante a Abel (Ricardo Cubillos), un bueno para nada que debe servirle para filmar los arrestos y cuidarle las espaldas. Luego monta una empresa -Conciencia y Responsabilidad- y empieza a soñar con limpiar, ya no solo a Chile, sino a toda América del Sur.
Morales no se limita a las raterías. Protesta contra los que evaden impuestos, las inmobiliarias -cuando parte a Concepción a detener saqueadores tras el terremoto de 2010-, la clase política y la industria del retail. "La moral de los ciudadanos", le explica al pasivo Abel, "está atrapada por las ofertas y las liquidaciones".
En su mayor parte, esta es una comedia delirante, que por la fecha de su rodaje anticipa las expresiones posteriores de los "indignados". Solo que este indignado, Ulises Morales, con su moral unívoca, maniática y expurgatoria, deja ver también la cara del fascismo que ha estado presente en muchas de esas expresiones. Morales es un descendiente remoto de Travis Bickle, el hombre que quería limpiar la ciudad excremental en Taxi driver. Y si aquella era una tragedia en toda la línea, Ulises, el reformador no puede sino despeñar la comedia en la tragedia que late a lo largo de toda su extensión.
De acuerdo: una tragedia algo menor, algo tosca. Pero también algo diferente dentro del actual cine chileno.
Morales, el reformador
Dirección: Víctor Cubillos. Con: Víctor Montero, Ricardo Cubillos, Daniela Castillo, Tati Penna, Paly García. 81 minutos.