Es cierto que CHV no está descubriendo la pólvora con "Manos al fuego". El programa que debutó el miércoles a las 22:30 horas en la señal privada, y que busca atrapar "in fraganti" a hombres y mujeres infieles, es una innegable mezcla entre "Cheaters"-polémico espacio del canal Infinito donde se hacen seguimientos extremos y hasta interviene la policía-y "En su propia trampa", de Canal 13, aunque acá las víctimas no son mecánicos o cajeras que se pasan de listos con la clientela, sino hombres, literalmente, acorralados por sensuales mujeres.
Con esos argumentos, "Manos al fuego" se instaló en su debut como lo más visto del día: marcó 23,4 puntos con varios peaks de 29 y logró convocar a los hombres frente al televisor. De hecho, el 29,3% de los hombres que a esa hora veía televisión sintonizó el programa, mientras que el 27,9% fueron mujeres. Este último punto es interesante de analizar si se considera que, aunque fueron enjuiciados, los hombres encontraron en el espacio de CHV una alternativa a teleseries. De hecho, "Soltera otra vez" registró ese día 15,6 puntos, con un público mayoritariamente femenino.
El primer capítulo de "Manos al fuego", en todo caso, dejó varias deudas. La principal es que, aunque se entiende que se trata de un juego televisivo, las pruebas y situaciones a la que se expuso a los participantes eran poco creíbles: los supuestos hombres "pillados" se sonreían y hacían poco espontáneas muecas en solitario y las mujeres -en este caso jóvenes tarotistas- los recibían en el living de una casa ultra decorada y parecían demasiado dispuestas a caer rendidas en minutos ante este grupo de chilenos promedio.
Eva Gómez, la supuesta animadora, apenas apareció en pantalla para encargarse de los nexos. El ex colaborador de Emilio Sutherland en "En su propia trampa", César Campos, fue el verdadero protagonista del capítulo, azuzando a las mujeres que espiaban tras las cámaras las debilidades de sus parejas.