Señor Director:

Quisiera participar en el hermoso homenaje y recuerdo a Georges Braque compartiendo con los lectores chilenos una anécdota muy significativa. Un día jueves, en 1968, después de uno de mis regulares encuentros de trabajo con Martin Heidegger, le pregunté por el significado de la famosa litografía que dedicara el artista francés al pensador, con motivo de su cumpleaños, adjuntando un texto enigmático: "El eco llama al eco. Para Martin Heidegger, Georges Braque".

"¡No tengo idea!", me contestó con su amable dureza habitual. Estábamos despidiéndonos, pero me dijo: "Espere, tengo algo que mostrarle". Subió a su escritorio y volvió con un librito pequeño, con sentencias notables sobre arte, escrito por Braque y me mostró una frase que él había marcado (las cosas importantes siempre con color amarillo): "Las demostraciones cansan a la verdad".

"¡Esto sí que es fenomenología! Braque era uno de los hombres más notables que conocí. Y no como el Picasso ese... ¡Me regaló y él mismo me dedicó este libro!", agregó el profesor Heidegger con un orgullo modesto y poco frecuente en él.

Yo no soy un discípulo, pero sí un buen alumno suyo, y esta anécdota, que revela al gran maestro, se las repito una y otra vez a mis estudiantes a fin de que consideren la modestia como virtud indispensable en la reflexión seria.

Prof. Dr. Víctor Farías
Universidad Andrés Bello