Señor Director:
Por encontrarme fuera del país leí con asombro en la
edición electrónica lo publicado el domingo 18 sobre el general Juan Emilio Cheyre. Por tanto me alegra la
entrevista publicada ayer en la cual reitera en detalle su parte en los hechos que lo aludieron, y que ya conocieran antes los tribunales.
En estos años recientes he tenido el alto honor de conocer al general J.E. Cheyre al compartir en el seno de un grupo conformado de personas que a partir de experiencias diversas hechas en el servicio público, nos reunimos cada mes a intercambiar reflexiones. Es un ejercicio que nos deleita por lo que cada quien aprende del prójimo, en particular en el plano humano.
Sabemos que las conmemoraciones de los próximos días provocarán resonancias dolorosas en muchos compatriotas. Creo que se trata de un ejercicio sano, y siempre lo consideraré así para asegurarnos de un sincero "nunca más", como lo admiro en la práctica del pueblo alemán y de sus gobiernos postfascismo.
Juan Emilio Cheyre estableció con rectitud y valentía una doctrina de inspiración similar desde la posición máxima de comandante en jefe del Ejército que meritoriamente ocupó hace algunos años, y Chile se lo reconoce en todo su valor moral y profesional.
Sé que J.E. Cheyre nunca rehúye nada, se interesa y acerca. Y si corresponde, actúa como su conciencia se lo indica. Por ello, estoy seguro, decidió en su momento conversar con el adulto que es hoy ese bebé brutalmente convertido en huérfano en 1973, a quien debió llevar al cuidado de un convento en La Serena. Por eso alguna vez me ha preguntado con genuino interés humano por el caso de mi familia.
Por cierto yo nunca voy a perdonar, que nadie me lo pida dadas las consecuencias irreparables de los hechos. Pero desde mi obstinada perspectiva racionalista, y a partir de mi origen distinto, quiero agregar que el general Cheyre me sorprende con ese profundo espíritu católico que en todo instante entrega, y en el cual observo la vigencia de esos valores que él con tanta convicción profesa.
Hoy Juan Emilio Cheyre Ph. D. sigue brindando todo su esfuerzo y abnegación en funciones nuevas y relevantes que por sus brillantes capacidades le han sido confiadas. Ayer en uniforme, hoy como civil, merece el respaldo conciudadano por su continuada y generosa entrega al servicio del país.
Mario Silberman GurovichHermano de David Silberman Gurovich, detenido y
desaparecido desde octubre de 1974