Señor Director:

Se equivocan quienes creen que la imagen de la Iglesia de San Francisco en llamas, en Valparaíso, es un símbolo solo del abandono de Valparaíso. En realidad, es el patrimonio, la cultura, lo público de todo Chile lo que está siendo arrasado, quemado, devastado sistemáticamente, solo que en Valparaíso eso es más evidente y visible. Valparaíso no miente. Desde las Torres del Paine hasta la Iglesia de San Francisco, Chile se está quemando en cámara lenta.

La mezcla de avidez desmesurada de los privados y la ineptitud y chambonería de quienes administran lo público convertirá a nuestro país, a nuestras ciudades, en breve, en un montón de cenizas, sobre la que se erguirán cientos de malls y torres babélicas que reemplazarán a nuestros bosques y nuestras iglesias.

Cristián Warnken