Guillermo del Toro dirigió "El laberinto del fauno" (2006), su obra maestra y una película con las dimensiones mágicas y fascistas del franquismo inicial y rural. Una pieza única.
El mexicano es el director de "Titanes del Pacífico" y ahora el asunto es lo contrario, porque más de un colega pudo hacer algo parecido. Mejor o peor, pero son matices de las superproducciones para el verano en Estados Unidos.
Marc Forster, Jon Favreau, Zack Snyder, Louis Leterrier, Joe Johnston, Joss Whedon y algunos más saben lo que es filmar productos, seguramente ofertas irrenunciables por las posibilidades profesionales, los efectos especiales, el 3D y no hay manera de negarse al cine como un colosal juguete millonario, destinado al público que más fácilmente se globaliza: niños y preadolescentes.
Del Toro incorpora los elementos que navegan por su filmografía: la carne y las máquinas, los miedos infantiles y los mundos peligrosos que existen bajo tierra.
"Titanes del Pacífico" se inicia bruscamente, con una declaración de intenciones: el movimiento se demuestra andando y el típico comentario en off de la introducción, coincide con la presentación de los titanes destructores.
Algo de palabrería, pero la acción es inmediata, para que nadie se aburra.
Los Kaiju son monstruos que emergen del fondo el mar, con el fin de arrasar con las ciudades y la civilización.
Los Jaegers son seres metálicos de la clase transformers, con pilotos humanos que conducen sus movimientos.
Los primeros son de origen extraterrestre, los robots fueron creados para detenerlos y en torno al año 2025, la guerra se está perdiendo y Raleigh (Charlie Hunnam), un piloto experto, es recontratado para activar un programa discontinuado, que es lo único que puede salvar a la humanidad.
Los Jaegers que quedan son cuatro y son fácilmente identificables, porque también se trata de la unión de razas y nacionalidades: chino, ruso, estadounidense y el cuarto no es chileno, porque eso sería el típico chiste infantil, sino el lugar donde se reúnen los protagonistas: Raleigh, la copilota Miko (Rinko Kikuchi) y el pertinaz general Pentecost (Idris Elba).
La preocupación de la película no son los seres humanos, en el rango de la caricatura y el payaso, sino la mecánica, movimientos, armas y turbinas de los Jaegers, o los rugidos, fauces, poderes y garras de los Kaiju.
"Titanes del Pacífico" tiene la lógica del niño que juega y sueña con tener modelos de monstruos y robots cada vez más grandes y poderosos, para hacerlos combatir.
La película le instala distintos campos de batalla: abismos, ciudades, el fondo marino, el espacio exterior y siempre con explosiones y partículas, para que el 3D se note y merezca el gasto.
Esta es una eficiente superproducción para los niños de vacaciones, verano o invierno, del 2013. Ese es su nicho y durabilidad.
Y la pena es que un director como Guillermo del Toro no haga otro tipo de películas.
"Pacific Rim". EE.UU. 2013. Director: Guillermo del Toro. Con: Charlie Hunnman, Rinko Kikuchi. TE.