La última película del director David Cronenberg ("La mosca", "Crash") es una reflexión llena de ideas valiosas sobre la crisis neoliberal de Wall Street. Con Robert Pattinson sacudiéndose de su pálido vampiro de la saga "Crepúsculo", el británico actor es ahora el millonario Eric Packer, una presencia fantasmal, oculta en una limusina blanca que atraviesa Manhattan para un simple corte de cabello. Pero durante este trayecto este pequeño emperador motorizado descubrirá protestantes indignados en las calles de Nueva York, estará atrapado en un taco por el funeral de un músico y recibirá en el interior de su limusina a un desfile de personajes, incluyendo a su amante (Juliette Binoche). Casado con una angelical mujer más preocupada de la poesía (Sarah Gadon), la vida durante un día de este otro tipo de vampiro que interpreta Pattinson, convierte a esta cinta en una interesante y valiosa reflexión sobre nuestros días. "Cosmópolis" es, de este modo, una película de tesis de Cronenberg, más árida que su previo ciclo mucho más narrativo con Viggo Mortensen ("Una historia de violencia", "Promesas del este" y "Un método peligroso"). Pero a pesar de cierta petulancia intelectual (fíjese en el notable segmento con Paul Giamatti), no deja de ser una atrevida y profética imagen en el espejo de la realidad. Drama. EE.UU. 2012. 109 minutos. 14 años.