Este renacimiento de Superman en el cine son dos películas en una: una visión del director que firma, el hiperventilado y efectista Zack Snyder, y la otra, el punto de vista del sobrio y realista Christopher Nolan, quien se acredita como productor. El inicio es Snyder 100%: un planeta Krypton agónico y un capítulo repleto de los efectos especiales y estética de videojuego que es parte del sello del director de "300" y "Watchmen": espectacularidad visual y acción a la vena. Lo que viene es más Nolan: la deconstrucción de un héroe en la Tierra como nunca antes lo hemos visto, con un niño Clark Kent angustiado por no encajar en el mundo de los humanos -la escena cuando el niño Kent sufre un ataque de visión de rayos-X en clases es un ejemplo-, con un padre "humano", un Kevin Costner colosal, que le inculca reprimir su propia y alien/divina naturaleza, y una saga de flashbacks que se intercalan con un Clark Kent adulto, un solvente Herny Cavill, quien con barba y ropas corrientes (camisa, jeans) busca su destino entre los hombres antes de ponerse el traje azul y la capa roja.
El estilo de Nolan es psicologista y la crisis interior del héroe que nos muestra (es parte de su sello en su trilogía de Batman) es la piedra angular de este Hombre de Acero, sin duda, más una película sobre Clark Kent y la búsqueda de su origen sobrenatural. Lo demás, los efectos especiales, la estética de joystick y la acción derechamente adolescente y propia de Snyder, se acomodan y trenzan sin problemas al arco principal de esta buena pieza narrativa: un acto de justicia en el aniversario 75 de este héroe de los cómics.
"Man of steel". Acción. 2013. 148 minutos. T.E. +7.