En una de las escenas más delirantes de esta película, los cardenales enclaustrados en cónclave escuchan y bailan la canción "Todo cambia", del chileno Julio Numhauser, con la voz inimitable de la argentina Mercedes Sosa. Cuando se estrenó esta película en Italia, hace exactamente dos años, todo esto parecía el producto de una imaginación afiebrada e iconoclasta. Pero hoy, después de los extraordinarios sucesos desatados por el Papa Ratzinger, ¿alguien se extrañaría de que el nuevo Papa Bergoglio la cantase en los aposentos del Vaticano?
No es la única cosa, ni siquiera la principal, que convierte a esta cinta en algo distinto de lo que pareció ser. ¿Profética, anticipatoria, visionaria? En realidad, se trata de una jabonosa cualidad que tiene todo el cine de Nanni Moretti, heredero y sintetizador de la comedia italiana y del cine existencialista que fue tan caro a la península en los 60 y 70. Moretti no es un comediante ni un intelectual, sino algo que está a medio camino entre esos dos puntos.
En este caso, él mismo se sitúa en esa posición extraña, interpretando al psicoanalista Brezzi, que entra al cónclave y debe ayudar a los cardenales a sobrellevar una espera angustiosa, poniendo a un costado a Freud y a Darwin. Moretti se reserva algunos de los pasajes más graciosos, pero su humor se despliega en clave baja, nunca estridente, nunca feroz.
El relato tiene la levedad de una fábula moral muy sencilla. Muerto el Papa, los cardenales se reúnen en cónclave para elegir a su sucesor. Hay algunos favoritos, el primero de los cuales es el decano del colegio púrpura, el cardenal Gregori (Renato Scarpa). Pero la votación se complica y tras algunas rondas se concentra en el cardenal Melville (Michel Piccoli), que se ve sorprendido y asustado por su elección. En el momento de salir al balcón sobre la Plaza de San Pedro, con miles de fieles excitados, Melville se arrepiente y pide tiempo para reflexionar. El estupor cunde entre cardenales, fieles y periodistas.
El vocero (Jerzy Stuhr) se hace cargo de contener la ansiedad, hasta que el nuevo Papa se escapa y recorre una Roma cuya diversidad social le confirma que la Iglesia a la que debe dirigir está por detrás de las necesidades públicas. Este Papa sufre la pesadumbre que Ratzinger convirtió en una realidad política y pastoral, una cruz que no puede sobrellevar un hombre con unas pocas dudas sobre sí mismo.
Habemus Papam se burla amablemente de los cardenales, de la pompa vaticana, de la prensa y de cuanto rodea a un cónclave. Pero no del Papa. Para él se reserva la delicada exploración en alguien que después de los 70 se sigue paralizando con el misterio de su propia existencia. En una Iglesia que ha luchado por más de 20 siglos para encontrar el equilibrio entre la humanidad y la divinidad, este es el Papa más humano que se hubiese podido imaginar... antes de Ratzinger.
Habemus Papam
Dirección: Nanni Moretti. Con: Michel Piccoli, Renato Scarpa, Nanni Moretti, Margherita Buy, Jerzy Stuhr.
102 minutos.