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Martes 19 de marzo de 2013
Cristina Fernández abre frente político al Papa al pedirle "intermediación" por las Malvinas
Fernández recordó las tensiones fronterizas en torno al canal de Beagle entre Argentina y Chile y el "entendimiento" al que llegaron en 1978 los dos países gracias a la mediación del Papa Juan Pablo II...
El Mercurio
El que se suponía sería un encuentro protocolar marcado por el simbolismo y la cortesía entre compatriotas terminó convirtiéndose en algo más que eso. La Presidenta de Argentina, Cristina Fernández, abrió ayer un controvertido frente diplomático al pedirle al Papa Francisco que interceda con el Reino Unido en la disputa sobre la soberanía de las Islas Malvinas/Falkland, durante un encuentro que sostuvo con el Pontífice en el Vaticano.
"Solicité su intermediación (al Papa) para lograr el diálogo en la cuestión Malvinas", afirmó la Presidenta después de convertirse en la primera Jefe de Estado en entrevistarse con Francisco.
Fernández recordó las tensiones fronterizas en torno al canal de Beagle entre Argentina y Chile y el "entendimiento" al que llegaron en 1978 los dos países gracias a la mediación del Papa Juan Pablo II. "Ahora estamos en una situación histórica diferente, mucho más favorable porque hay gobiernos democráticos tanto en Argentina como en Gran Bretaña", aseguró la Mandataria en una breve declaración de prensa tras haber compartido un almuerzo y un "diálogo fructífero" con el Pontífice, quien hoy protagonizará la ceremonia oficial de asunción como nuevo Jefe de la Iglesia Católica.
"Es imprescindible para que todos los países cumplan las resoluciones de Naciones Unidas, y nuestra instancia al Papa va en esta dirección", dijo Fernández.
El Vaticano declinó hacer comentarios sobre la petición de la Mandataria, pero antes el portavoz Federico Lombardi había precisado que el encuentro entre Francisco y Fernández fue de carácter "privado" y que no podía considerarse una visita formal de Estado, sino más bien un "gesto de cortesía y afecto" hacia la Presidenta y compatriota del Papa.
El gobierno británico, por su parte, reaccionó de inmediato, resaltando que no espera que el Papa Francisco vaya a intervenir en el contencioso. "La Santa Sede es clara en considerar que la cuestión de las islas Falkland (como llama el Reino Unido a las Malvinas) es de índole bilateral entre naciones soberanas y que no tiene un papel que desempeñar. No esperamos que cambie esa posición", apuntó un portavoz del Foreign Office.
La semana pasada, tras conocerse que el nuevo Papa es argentino, medios recordaron declaraciones de cuando Jorge Bergoglio era arzobispo de Buenos Aires, en las que señaló que "las Malvinas fueron usurpadas" a su país. A esos dichos respondió el Premier británico, David Cameron: "No estoy de acuerdo. Respetuosamente, claro", dijo.
Más allá de las implicancias de que Cristina haya pedido la "intermediación" de Francisco, su encuentro estuvo marcado por los gestos de cordialidad y distensión entre ambos, luego de los conocidos encontrones y altibajos de Bergoglio con los Kirchner en sus años de arzobispo.
Fernández, quien no se encontraba con Bergoglio desde 2010, afirmó que había visto al Papa Francisco "sereno, seguro y tranquilo, en paz", así como "ocupado y preocupado por la inmensa tarea de conducir el Estado Vaticano y el compromiso de cambiar las cosas que él sabe que tiene que cambiar".
El encuentro del Pontífice con la Mandataria argentina duró unos 20 minutos en la Casa de Santa Marta, donde se aloja temporalmente Francisco hasta completar su traslado a los apartamentos papales. Al iniciar la conversación, Cristina le preguntó: "¿Lo puedo tocar?", a lo que el Papa respondió acercándose y dándole un beso en la mejilla -un gesto no habitual en un Pontífice-. "Nunca un Papa me había besado", respondió ella sorprendida y sonriente.
Posteriormente, ambos mantuvieron un almuerzo. "¡Cómo no iba a venir a almorzar con él!", exclamó Fernández, al destacar la "sencillez" del Papa luego que él le agradeciera que aceptara compartir la comida con él.
Durante el almuerzo, la Presidenta explicó que el Papa le habló de la "Patria Grande", en referencia a todos los países latinoamericanos, definición que, según recordó Francisco, usaban los libertadores José de San Martín y Simón Bolívar. "Escuchar en boca de un Papa 'Patria Grande' me impactó mucho y me animó a redoblar esfuerzos en seguir en esa dirección", agregó.
En cuanto al tradicional intercambio de obsequios, el Papa le regaló un volumen de las conclusiones de las reuniones de la V Conferencia Episcopal Latinoamericana, Celam, "donde había temas muy interesantes" para cualquier gobernante, sostuvo. Asimismo, le entregó una placa con los nombres de Fernández y de la ex Presidenta chilena, Michelle Bachelet, cuando ambas acudieron al Vaticano en 2009 para conmemorar el 25 {+o} aniversario del Tratado de Paz y Amistad chileno-argentino, y un mosaico con la Plaza de San Pedro. Pero lo que más agradeció la Presidenta fue la "rosa blanca" que el Papa le entregó "para que la guardara" y que representaba a Santa Teresita, la santa preferida de Francisco. Por su parte, Fernández le regaló un juego de mates de una cooperativa de artesanos, "para que siga tomando siempre mate", y un poncho de vicuña "para que se cubra del frío europeo".