La vuelta al colegio suele despertar temores en los niños. Después de las vacaciones, donde -si son afortunados- han compartido mucho con sus padres, en casi todos se despierta un grado de ansiedad de separación. Estos miedos son más intensos cuando se suma la incertidumbre de entrar por primera vez al colegio o cuando ingresan a un nuevo establecimiento. También si el niño ha tenido experiencias desafortunadas el año anterior; si fracasó o ha sido víctima de hostigamiento.
Si esta ansiedad de separación no es superada con rapidez o es extrema, los niños se quedan atrapados en ella. Esto disminuye su capacidad para participar en actividades sociales e interfiere en su aprendizaje. Es necesario buscar estrategias para superarla y sobre todo averiguar cuál es el origen. A veces se trata de niños más tímidos, pero en otras ocasiones hay explicaciones que se encuentran en un medio hostil: profesores castigadores, compañeros abusivos o exigencias excesivas.
Escuchar y empatizar con los niños es la mejor receta, si es que los padres mantienen una actitud serena. Que ellos estén ansiosos ante las dificultades de sus hijos no ayuda a conseguir la autonomía que requieren para establecer buenas relaciones sociales y motivarse a aprender.
Una estrategia que ha sido descrita como un factor protector y preventivo, que facilita la elaboración de la ansiedad de separación en la infancia y la adolescencia, es la lectura de libros de viajes y aventuras, donde el o la protagonista sale exitoso de los obstáculos, aprende, se divierte y tiene logros en sus expediciones. Libros como "Los viajes de Gulliver", de Jonathan Swift; "La vuelta al mundo en ochenta días", de Julio Verne, o "El maravilloso viaje de Nils Holgersson", de Selma Lagerlöf (también disponibles en video) o "Dora la exploradora" entregan al inconsciente del lector un mensaje de que nuevos lugares y escenarios pueden aportar cosas positivas y estimulan el deseo de explorar.
Los niños con apego inseguro crecen en alerta constante. Su comportamiento se organiza en torno a la incertidumbre y la amenaza. Ayudar a los niños a enfrentar los desafíos con seguridad y confianza en sí mismos debiera ser tarea de ambos padres.