Señor Director:

El informe Pearson sobre la PSU significó la sentencia final para este instrumento segregador. Esta muerte fue anunciada por estudiantes y expertos desde el primer día de su implementación, por los impactos nocivos en equidad y calidad que podía generar, pero lamentablemente, al igual que el lucro, tuvimos oídos sordos por parte del Mineduc y el CRUCh.

El informe Pearson permite evidenciar la discriminación que durante estos diez años, más de un millón de estudiantes de colegios técnico- profesionales han sufrido y que el diseño de la estructura de la prueba perjudica a los estudiantes de menos recursos. Es decir, quienes se ven afectados por esta prueba de selección son justo aquellos en quienes deberían estar centrados los esfuerzos. Hoy tenemos que avanzar de cara a la ciudadanía, y no seguir con la lógica que hemos visto en este gobierno, de tomar decisiones a puertas cerradas.

Urge que una entidad sin conflictos de interés y experta en admisión asesore en cómo avanzar en el mediano plazo, pero hoy el Mineduc y el CRUCh pueden tomar medidas concretas. El Gobierno no puede desentenderse del compromiso asumido de terminar con el AFI y no replicar la lógica de que la PSU sea el factor determinante para la entrega de recursos y beneficios. No podemos seguir con esta lógica de financiar la educación de quienes tienen más recursos. Así, también, hoy se puede bajar la ponderación de esta prueba en favor de aumentar el porcentaje del ranking de notas, disminuir los contenidos hasta segundo medio para mitigar el impacto en los estudiantes técnico-profesionales y fortalecer políticas de discriminación afirmativa, como lo son propedéuticos o cupos especiales.

Esperamos que este año podamos avanzar en soluciones reales a los problemas estructurales que tenemos en educación, sin aspirinas, para sanar a este moribundo y que las decisiones se tomen de cara a la ciudadanía, y no dentro de cuatro paredes.

Diego Vela Grau
Presidente FEUC