Señor Director:

Tomar el nombre de alguien en Twitter o Facebook para expresar puntos de vista de cualquier naturaleza no es una parodia, ni mucho menos un modo lícito de emitir opiniones. Es, lisa y llanamente, una usurpación de identidad, empleada no sólo para hacer mofa de la persona a quien se suplanta, sino del sagrado derecho a la libre expresión. Esto último es lo más grave, y veo gente bastante confundida a este respecto.

Creo que en el ámbito de los 140 caracteres y en la vida hay que dar la cara. Tener el valor de sostener los dichos con nombre propio, sin remoquetes ni máscaras. Siempre a cara descubierta. ¡Detesto los "encapuchados", tanto en la calle como en las redes sociales!

Nelson Ávila