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Editorial
Martes 05 de febrero de 2013
Servel: indispensable sentido de urgencia
La nueva institucionalidad del Servel tiene por delante una responsabilidad enorme: restaurar la confianza ciudadana en los procesos electorales...
"El Servel tiene un gran desafío por delante, en un año en que tendremos primarias, elecciones presidenciales, parlamentarias y, eventualmente, elección directa de cores". Con estas palabras, el ministro secretario general de la Presidencia, Cristián Larroulet, enfatizó la importancia y urgencia de la tarea que tiene por delante el recién designado Consejo Directivo del Servicio Electoral. Sin embargo, tales palabras contrastan de modo gravemente preocupante con el anuncio que el propio Consejo hizo al ser ratificados sus miembros por el Senado: se reunirán por primera vez durante la tercera semana de febrero. Y a esto se suma, además -según se dijo-, que la designación del nuevo director del servicio tardará cerca de 80 días, lo que significa que, en la práctica, asumirá sus funciones un mes antes de las elecciones primarias del 30 de junio.
Como se ha representado reiteradamente en estas páginas, la nueva institucionalidad del Servel tiene por delante una responsabilidad enorme: restaurar la confianza ciudadana en los procesos electorales, que se vio dañada en la reciente elección municipal. En ella surgieron variadas críticas a la actuación de ese servicio, que de seguro incidieron en el drástico aumento, de 7% a 38%, de personas que consideran que los procesos electorales en Chile son deshonestos, según la última encuesta de Auditoría a la Democracia.
Restaurar esa confianza exige que los procesos electorales de este año se lleven adelante con absoluta prolijidad, sin ripios de ninguna especie, y a ese respecto cabe al Servel un papel determinante, de proyecciones importantísimas para toda nuestra vida cívica. Evidentemente, esa tarea no es fácil, pues exige hacerse cargo de los múltiples problemas prácticos que trajo consigo la puesta en marcha del sistema de inscripción automática y voto voluntario en las elecciones municipales, pero también de la implementación, por primera vez en Chile, del sistema de elecciones primarias.
De hecho, faltando sólo cinco meses para estas últimas, aún no se presenta el proyecto de ley para mejorar los problemas ya detectados, y los partidos políticos aún siguen con importantes interrogantes no resueltos por la autoridad respecto del proceso de primarias.
A esto se suma la dificultad natural de hacer funcionar una nueva institucionalidad, como es el caso del reformado Servel, con un consejo que antes no existía y con un director que sucederá a alguien que ocupó esa posición por más de dos décadas. A todas luces, esta situación es inquietantemente delicada. Una ciudadanía cada vez más exigente y vigilante como la actual, y al mismo tiempo escéptica de sus autoridades, no tolerará pasivamente más fallas técnicas en las elecciones; y si las hubiere, será natural que eso aumente su desconfianza hacia todo el sistema -algo que no se había dado entre nosotros en las últimas décadas y que era un factor de estabilidad y solidez para nuestra democracia-. Semejante curso no es admisible. El Consejo Directivo del Servel debe entenderlo así ahora mismo, y asumir en toda su magnitud y urgencia la apremiante e impostergable tarea pendiente para los pocos meses que faltan hasta la gran prueba que serán las primarias. Una nueva falla en ellas tendría predeciblemente consecuencias lamentables y duraderas.
El Consejo Directivo del Servel debe asumir en toda su magnitud la apremiante e impostergable tarea pendiente para los pocos meses que faltan hasta las primarias.