Esta es la travesía de un joven indio de unos 17 años, cuyo barco zozobra en las cercanías de Filipinas y, después de 227 días de naufragio, llega agotado y famélico a las playas de México.
Es una travesía excepcional, porque el viaje lo hizo en compañía de Richard Parker, que en este caso no es el nombre de una persona, sino de un feroz tigre de Bengala.
En los créditos de la película aparece el 3D en todo su esplendor y la técnica subraya el carácter fantástico de una historia que parte con las imágenes de un zoológico.
Los animales con sus detalles y movimientos, el pájaro que revolotea hacia la cámara, la cebra que mueve sus músculos o el lagarto que destella su lengua dan cuenta del tipo de escenario y la clase de elementos que se precisan, para que la técnica resplandezca y asombre.
O bien la tormenta y su bravura o quizás el magnífico naufragio iluminado en las profundidades.
Y se requieren objetos o animales desperdigados para acentuar los efectos y son inevitables los peces voladores, las medusas luminosas y los cardúmenes con peces digitalizados.
El invento da nitidez extrema, capas y volumen, pero para eso es necesario que las imágenes tengan determinados contenidos, porque el 3D toma, obliga y no es inocuo. Martin Scorsese, en "Hugo" (2011) usó el recurso y lo domesticó, pero no dejó que lo superara, porque el riesgo es que el cine se convierta en técnica.
"Una aventura extraordinaria" por cierto que sufre estos efectos y la resistencia de la película consiste en otorgarle peso literario a lo que se cuenta.
Un Pi adulto (Irrfan Khan), que ahora es profesor y está radicado en Canadá, recibe en su casa a un joven autor que está en busca de inspiración y necesita motivo, tema y razón para escribir algo.
En estas circunstancias, tan propias del relato escondido y fantástico, surge la vida de un joven Pi que anhela encontrar a Dios y lo busca en las religiones que tiene a mano y entre los dioses hindúes, en Alá y en Cristo, pero siempre escuchando el consejo de su padre: primero la razón.
Las respuestas a las preguntas, cuenta el Pi adulto, las encuentra sobre ese bote a la deriva en el océano Pacífico, cuando era el joven Pi (Suraj Shamar), que fue capaz de navegar con varios animales a bordo -cebra, hiena y un orangután- y finalmente solo con un tigre de Bengala.
Bajo el 3D de una tempestad o sobre un mar calmo lleno de delfines. Entre los relámpagos y contemplando lo infinito del Universo y sus planetas. Sobreviviendo a duras penas o domesticando y queriendo a Richard Parker.
Entonces, ¿cuál es la fábula o la enseñanza, la moraleja o la idea de "Una aventura extraordinaria"?
¿Qué es lo que permanece de la película?
Lo único es el 3D, que a veces puede ser magnífico, pero sólo eso queda: la técnica.
"The life of Pi". Estados Unidos, 2012. Director: Ang Lee. Con: Suraj Sharma, Irrfan Khan, Rafe Spall. 127 minutos. TE.