Tim Burton prosigue en su 15° largometraje el ya inmenso proyecto de reapropiación de su adolescencia, por seguro consciente de que al menos involucra a varias generaciones y que aspira a superarlas a todas. Esta vez se trata de una nueva lectura de Barnabás Collins, uno de los peores vampiros de todos los tiempos, pero también uno de los más populares. La película está dedicada a Dan Curtis, que escribió y produjo la friolera de 1.225 episodios de 30 minutos emitidos por TV entre 1966 y 1971. El mismo Curtis dirigió en 1970 la síntesis fílmica de su apabullante saga.
Quizás aquella serie interpretase las tensiones adolescentes de fines de los 60 –de ningún modo la pésima película que la siguió–, pero Burton ha querido actualizarlas con el humor, la ironía, la paradoja y la estilización que son sus rasgos de autor. Sombras tenebrosas vuelve a ser un remake personal, como lo fueron Batman, El planeta de los simios y Charlie y la fábrica de chocolate.
Los 15 minutos iniciales fijan, con una velocidad impresionante, el marco narrativo. El niño Barnabás y sus padres emigran en 1760 desde Liverpool hasta Maine. Fundan el puerto de Collinsport, se hacen ricos y levantan la mansión de Collinwood. Dos décadas después, Barnabás (Johnny Depp) encuentra a su “verdadero amor”, la pálida Josette (Bella Heathcote), y desecha de paso el acoso de la fogosa Angelique (Eva Green). Sólo que ésta es una bruja y envía a la muerte a Josette y condena a una eterna vida de vampiro a Barnabás.
Todo esto ocupa 20 minutos del metraje. En lo que sigue, Barnabás se ve liberado de su sepulcro en 1972 y regresa a un mundo que le resulta enteramente extraño. Buena parte de la comedia emerge del choque entre el anticuado Barnabás y el espíritu demasiado liberal del siglo XX. También, en su lado sardónico, de su esfuerzo por reconstruir el imperio de los Collins en un ambiente de irresponsabilidad moral.
La parte de la tragedia es la tensión entre el amor y la muerte, que sobrepasa todos los tiempos, como en El jinete sin cabeza, El cadáver de la novia o Sweeney Todd. Despechada por dos siglos, Angelique tiene la decisión de destruir a los Collins y arrastrar a Barnabás a su mundo tenebroso. Si no hay un bien superior al amor, sugiere Burton, no hay tampoco un mal más inmenso.
Habría mucho que decir de esta película barroca, desproporcionada, llena de excesos, visualmente magnífica, invadida por un humor que hace pensar en un estadio de madurez superior a la adolescencia de sus materiales. Sombras tenebrosas no deja dudas respecto del control de Tim Burton sobre sus medios expresivos, y también de su mirada crítica sobre sus propios temas, como alguien que ya está grande pero no quiere dejar atrás las ensoñaciones benignas y malignas de su juventud sin burlarse de ellas. Además de ser una muy buena película y no tener nada que ver con la de Dan Curtis, es quizás una de las más divertidas de Burton.
Dark shadows
Dirección: Tim Burton. Con: Johnny Depp, Michelle Pfeiffer, Helena Bonham-Carter, Eva Green, Bella Heathcote. 113 minutos.