El mandatario, que reemplazó en octubre a la “vacada” Dina Boluarte, se ha mostrado muy efectivo en las redes sociales, con mensajes diarios sobre sus actividades, que incluyen viajes frecuentes a las regiones (como el que hizo a Tacna por la “crisis migratoria”), en un contacto directo con los ciudadanos y la prensa, una marcada diferencia con Boluarte. Su popularidad se encumbra con estos encuentros, pero los analistas advierten que, si no presenta resultados concretos, este éxito será pasajero. La preocupación principal es la inseguridad, por el avance del crimen organizado, con su secuela de delitos violentos, homicidios y extorsión, lo que, según observadores, no ha tenido una disminución significativa. Por ejemplo, el promedio de homicidios el último mes de gobierno de la destituida expresidenta fue de seis muertes diarias y, según la última estadística, ha bajado solo a cinco por día. En cuanto a la extorsión, los transportistas son los más vulnerables y siguen protestando porque no ven en marcha un plan efectivo para erradicar este delito.

Tal vez la estabilidad económica ayuda a Jerí a mantener el apoyo de la opinión pública. Perú es de los raros casos donde el caos político (siete presidentes en 10 años, con varios en la cárcel), la fragmentación parlamentaria y la polarización no han derivado en un colapso de la economía. Quizás, si la política peruana fuera más ordenada, estaríamos frente a un verdadero milagro económico en la región. Con una inflación del 1,5 por ciento estimada por el presidente del Banco Central de Reserva (BCR), Julio Velarde, para este año (el rango meta es entre 1 y 2%), y con amplias reservas internacionales, el país sigue siendo atractivo para los inversionistas. La minería es el principal motor de crecimiento, pero la agroindustria ha ganado un espacio importante. Desde 2010, cuando comenzaron grandes proyectos en la zonas desérticas de la costa de Ica y en Piura, las exportaciones agrícolas fueron creciendo al 11 por ciento promedio anual. En 2024, el sector representó el 4,6 por ciento del PIB, comparado con el 1,3 por ciento en 2020. Perú ya es el principal exportador de uvas de mesa y de arándanos, sobrepasando a Chile y China en esos productos.

Se dice que Velarde, quien lleva 20 años al frente del BCR autónomo (definido así en la Constitución de 1993), es el factor secreto de la estabilidad económica. En julio próximo debe haber recambio en la dirección del banco y Velarde aún no dice si va por otro período. En recientes entrevistas, muy inusuales, ha remarcado la importancia de la autonomía del Banco para la credibilidad del país, y que la disciplina monetaria y la acumulación de reservas han sido clave para enfrentar la volatilidad global y contener las presiones sobre el tipo de cambio.

Año de cruciales elecciones

Diciembre es el mes de las definiciones electorales, pues se conocen los candidatos que competirán en los comicios de abril próximo. Los peruanos tendrán que elegir al nuevo Presidente, renovar toda la Cámara Baja y votar por primera vez desde el autogolpe de Alberto Fujimori, en 1992, por un Senado. La vuelta a la bicameralidad es vista como un paso hacia una mejor institucionalidad, si bien es difícil que solo ese factor ayude a la estabilidad, que parece compleja mientras exista una treintena de partidos buscando sus propios intereses y un régimen político semiparlamentario que permite al Congreso destituir al Presidente por una razón tan vaga como la “incapacidad moral para ejercer el cargo” (en el caso de Boluarte, los diputados probablemente demoraron la vacancia hasta estar seguros de que no había plazo para que el Ejecutivo los disolviera).

El último sondeo de la encuestadora CPI, publicado la semana pasada, antes de conocerse los candidatos definitivos, mostraba un panorama muy disperso, con más del 40 por cierto de indecisos y votos en blanco, y con el derechista exalcalde de Lima Rafael López Aliaga, de Renovación Popular, encabezando la lista. Keiko Fujimori se ubicaba en un buen segundo lugar, seguida por Mario Vizcarra, hermano del condenado expresidente Martín Vizcarra. Más abajo, el resto de los 39 precandidatos que aspiraban a postular. Hubo elecciones primarias, con partidos tradicionales como el APRA y Acción Popular aplicando voto directo de los militantes, mientras la mayoría escogió a delegados para que estos tomaran la decisión final. El Presidente Jerí no se postulará esta vez; al parecer, está preparando su regreso para 2030.

La campaña electoral empezará con fuerza en enero, pero ya se ha sentido el ambiente empañado por el atentado contra el postulante del novel partido Libertad Popular, fundado por el ex primer ministro Pedro Cateriano. Rafael Belaúnde salió ileso de los disparos de sicarios en moto que lo interceptaron en su automóvil. El temor a que cunda la violencia política y se repitan los asesinatos de políticos ocurridos en Ecuador y Colombia alertó para exigir mayor protección policial para los postulantes.

El panorama político en Perú todavía no se despeja. La esperanza es que la renovación de figuras, tanto presidenciales como parlamentarias, mejore la calidad de los políticos y, por ende, la gobernabilidad futura. Es urgente dejar atrás una década de sucesivos escándalos de corrupción que afectan a políticos de primera línea y a congresistas vinculados a intereses particulares. Perú merece tener una clase política mejor dispuesta a luchar por el bienestar de los ciudadanos.